Las cifras demuestran que la confianza de los terrassenses en su servicio de autobús es alta y no sólo eso, sino que va en aumento, con el ligero pero perceptible crecimiento del número de viajeros. Ya hemos comentado en otras ocasiones que el transporte público de la ciudad es bueno en lineas generales, aunque seguro que a todos se nos ocurre alguna variante en las lineas o algún lugar donde instalar una nueva parada. El servicio es esencialmente riguroso, aunque a todos nos gustaría que fuese algo más barato.
En todo caso, es cierto que el servicio es bueno, que tiene margen de mejora y que ha sabido adaptarse a la nueva realidad de la movilidad en la ciudad con la entrada en funcionamiento de la prolongación de Ferrocarrils de la Generalitat intentando complementarse con la nueva realidad y no luchando contra ella. No obstante, es evidente que el transporte público de Terrassa tiene ante sí dos importantes retos, uno de ellos especialmente significado en las últimas semanas: el concurso de adjudicación de la gestión y la renovación de la flota.
En referencia al primer asunto, la concesión está prorrogada debido a los problemas que rodearon el año pasado al concurso y en los que quizás no sea necesaria abundar. Se está en periodo del plazo preceptivo que marca la normativa europea para convocar un nuevo concurso. No obstante, según aseguró el concejal Marc Armengol en el último pleno, no se ha tomado todavía una decisión definitiva sobre si se convocará el concurso definitivamente o se municipalizará el servicio (mucho trabajo se le viene encima al Ayuntamiento entre agua y autobuses).
El segundo aspecto, el de la renovación de la flota, es el que ha centrado la atención de los últimos días. El equipo de gobierno negocia con la oposición la compra de autobuses. Al margen de las cuitas políticas, las tácticas y las estrategias, es cierto que debe tomarse una decisión eminentemente política. Cualquiera de las tres propuestas que hay encima de la mesa tiene esa condición: prudente la del equipo de gobierno con la compra de cuatro autobuses híbridos para probar; pragmática la de Ciutadans, poniendo por delante la cuestión económica y comprometida la de TeC con una apuesta por la sostenibilidad con la propuesta de comprar un mayor número de autobuses híbridos. El único problema es que las fuerzas políticas deben ponerse de acuerdo porque la decisión es urgente.