El pleno del Ayuntamiento aprobó ayer las ordenanzas y presupuestos para 2016 y fue de un modo plácido, mucho más de lo que cabía pensar vista la aritmética de los asientos del pleno. Se esperaba mucha más batalla, pero finalmente el equipo de gobierno ha tenido la suficiente cintura como para hacer que la propuesta hiciese sentir lo suficientemente cómodos a algunos de los partidos de la oposición. La asunción e incorporación a la propuesta de las enmiendas presentadas por Terrassa en Comú y Esquerra Republicana ha propiciado la abstención de ambas formaciones (parecía inicialmente que TeC iba a ser más beligerante) y con ello la aprobación definitiva de presupuestos y ordenanzas.
Con esta actitud tanto TeC como Esquerra consiguen dos cosas. Por una parte, proyectan una imagen de responsabilidad, posibilitando la aprobación de unos presupuestos que permiten que la ciudad continúe administrativamente operativa; por otra, envían un mensaje al equipo de gobierno, sobre cómo llegar a acuerdos que pueden ser satisfactorios para todos. El mandato es muy largo.
Con todo, no debería entenderse como una amenaza puesto que Alfredo vega, el artífice del acuerdo, destacó el talante y la nueva forma de presentar y llevar a cabo las propuestas que está teniendo la oposición.
Pero no hubo un sólo mensaje en el pleno extraordinario de ayer. El segundo mensaje fue de advertencia. Si por una parte, la oposición, o mejor, TeC y ERC aprobaron ordenanzas y presupuestos en un ambiente de cordialidad y diálogo, por otro, la oposición se cargó de un plumazo el Visquem, órgano informativo escrito del Ayuntamiento que ha generado no poca polémica en otros tiempos.
Resulta que TeC, ERC y Ciutadans votaron favorablemente a una enmienda presentada por el Partido Popular que proponía emplear la partida destinada al Visquem en fines sociales. Votar con el PP es algo del todo inusual especialmente en TeC y ERC, pero vieron una oportunidad para dar la de arena y advertir al equipo de gobierno de que no puede bajar la guardia porque en cualquier momento le pueden complicar la vida. La propuesta de Gabriel Turmo, perdida entre las numerosas enmiendas que acostumbra a presentar el PP, fue una herramienta para tender una hábil emboscada al equipo de gobierno. Así, en estos momentos el Visquem no está dotado económicamente y por lo tanto, sin un malabarismo presupuestario no se puede publicar.