La aritmética parlamentaria hace imposible un pacto que no sea contra natura en el Congreso de los diputados. Se hablaba ayer de que el Partido Popular, ganador en precario de las elecciones, apela al sentido de estado y a la responsabilidad del PSOE y de Ciutadans para dotar al país de la estabilidad que la coyuntura económica e internacional requiere en estos momentos. El PSOE corrió a asegurar que votará en contra de la investidura de Rajoy, aunque no dijo nada Pedro Sánchez de un eventual apoyo a otro nombre. Rivera, por su parte, insistió en que no pondría trabas a una investidura de Mariano Rajoy como presidente, pero no que se quedaría en la oposición.
La cuestión está en que Podemos, que ha irrumpido en el panorama político español para quedarse va a cambiar, al menos de momento, todos los esquemas de la política española y por supuesto la dinámica parlamentaria. el bipartidismo ha entrado en crisis y ahora todos deberemos adaptarnos a una situación a la que no estamos acostumbrados y no es otra que la cultura del pacto y del diálogo.
En Catalunya estas elecciones han abierto una serie de incógnitas que tienen lecturas diversas. Hay quien considera que el “sorpasso” del tándem Colau-Iglesias es la puntilla definitiva al PSC, que mantenía su aliento en lugares como Santa Coloma, Sant Adrià, Hospitalet o Terrassa. Habrá que ver cuando se vote en clave local, qué consecuencias tiene el hecho de que se haya perdido el miedo a votar a los partidos tradicionales, aquello del voto útil.
Por otra parte, desde un punto de vista independentista, se comprueba como el partido que está sacando mayor rédito del proceso no es otro que Esquerra Republicana, que está sabiendo jugar muy bien sus cartas como espectador de la autodestrucción de Convergència. En este sentido, los resultados de En Comú Podem hay quien los lee como un fortalecimiento las posibilidades de alcanzar un acuerdo para llevar a cabo un referéndum. La plataforma se ha mostrado favorable a la consulta y su líder Pablo Iglesias lo ha reiterado incluso después de conocer los resultados. Los partidos soberanistas, tanto catalanes como vascos, todavía tendrán algo que decir en el congreso si no se da ese gran pacto de estado por el que aboga mariano Rajoy en torno a una idea constitucionalista común, de unidad. No se descarta nada.
