La Autoritat del Transport Metropolità ha anunciado esta semana que los títulos integrados de transporte público no subirán de precio durante el año 2016. El argumento, que seguro que nada tiene que ver con la coyuntura política en la que nos encontramos a todos los niveles, es que el aumento de la demanda ha provocado un ahorro de ocho millones de euros que permite a las autoridades del transporte esta concesión. La noticia es buena si esperábamos una subida, pero es mala si esperábamos un descenso como el que defienden colectivos como Stop Pujades. En todo caso, cualquier cosa que no sea un descenso perjudica a los terrassenses. La división de las zonas tarifarias ha perjudicado a los habitantes de la ciudad con respecto a otras poblaciones. No se trata de plantear una queja por comparación, pero sí comparar los niveles de utilización y el objeto de la utilización del transporte público en Terrassa, especialmente el ferroviario.
Terrassa, por distancia, está situada en la tercera zona tarifaria, lo que encarece notablemente los títulos de transporte integrado. Lo usuarios del transporte público son esencialmente trabajadores y estudiantes que ven gravados sus desplazamientos en una zona especialmente castigada. Se trata de estudiantes universitarios terrassenses que se desplazan a Bellaterra pagando dos zonas o a los centros barceloneses pagando tres zonas y estudiantes barceloneses que se desplazan a Terrassa pagando asimismo tres zonas. Los traslados en coche si se organizan en grupo pueden ser más baratos que el transporte público, pero la única autopista gratuita a Barcelona está colapsada y la otra tiene unos peajes inmorales. En el caso de los trabajadores, ocurre lo mismo; utilizan el transporte público porque debe ser más cómodo, más ecológico y más barato y en ocasiones no se cumple ninguna de las tres premisas.
Se han llevado a cabo campañas, especialmente en las redes sociales, muy sensibles a este asunto, pero no han tenido eco. El Ayuntamiento ha solicitado a las autoridades de transporte la inclusión de Terrassa en la zona 2 y se ha buscado la complicidad con otros ayuntamientos del área para solicitar la eliminación del peaje de Les Fonts, pero tampoco hay respuesta. Es curioso que la forma de “vender” la bondad de Ferrocarrils de la Generalitat sea “el metro del Vallès”, pero no se tarifique de la misma forma. El concepto de “cercanías” ha cambiado en un área metropolitana que ahora es más amplia.