Cuando hay pérdidas en una empresa hay dos posibilidades, aumentar los ingresos o rebajar los costes o las dos cosas. Con los presupuestos municipales es parecido. Hay una previsión de ingresos, una previsión de gastos y hay que cuadrar los números. Si con los recortes de gastos no hay suficiente, hay que aumentar los ingresos y la única manera de hacerlo es a través de aumentar la carga fiscal a los ciudadanos a través de impuestos y tasas.
Se puede vender como se quiera, se puede justificar de mil y una forma, pero al final de lo que se trata es de aprobar una subida de impuestos. Se habla de un aumento del IBI del 1,5 por ciento. En realidad no es mucho, pero vuelve a ser un aumento por encima del IPC, lo expliquen como lo expliquen y no olvidemos que se trata de un impuesto que ha sufrido en los últimos años subidas espectaculares forzadas tanto por el equipo de gobierno anterior como por el propio Gobierno de Madrid.
De la misma forma, si se aprueban los números presentados por el concejal de los números, subirán en la misma medida el IAE y el de construcciones. Y como no, subirá un 5 por ciento el impuesto de residuos. Sin pretender caer en un comentario demagógico, todo lo contrario, deberán explicar muy bien este aumento, teniendo en cuenta cómo está la ciudad de sucia y el estado de muchos grupos de contenedores en los que la cadencia de paso de los camiones de re cogida no coincide con el ritmo de la aportación de los vecinos.
Sea como fuere, el Ayuntamiento necesita más dinero porque se encuentra con una disminución de los ingresos de 3,6 millones de euros. Se dice asimismo que la carga impositiva de los ciudadanos terrassenses se sitúa en una zona baja de entre las ciudades de su magnitud y que el aumento de impuesto significará unos diez euros por familia. Cada vez que se hacen cálculos de ese tipo hay que ser precavido porque no todos hacemos los cálculos igual, pero en todo caso, de lo que se trata es de justificar cualquier aumento que esté por encima del IPC y ese es un ejercicio en el que deberá esmerarse el equipo de gobierno.
Habrá que ver también cuál es la actitud de la oposición y si se llegará a un consenso para la aprobación tanto de las ordenanzas como de los presupuestos. Al margen de cualquier consideración, una prórroga de los presupuestos para 2016 sería un fracaso de gobierno y oposición.
