Hablando a pie de calle, podría decirse que no hay fiesta sin gegants ni gegants sin fiesta, probablemente la manifestación de cultura popular que con más claridad se vincula a la fiesta en la calle. Los actos de este fin de semana en torno a la Ciutat Gegantera pueden medirse desde diversas vertientes. En primer lugar, a la ciudadanía en general le interesa y mucho cualquier actividad vinculada a la cultura popular. Es verdad que la espectacularidad de la concentración de gegants que se vivió este fin de semana en la ciudad es un aliciente motivador para movilizar a miles de personas y que se echen a la calle a seguir las actividades, pero no es menos cierto que la experiencia dice que existe un gran seguimiento de este tipo de iniciativas sean de la magnitud que sean.
Por otra parte, hemos podido comprobar una vez más la riqueza y pluralidad de la cultura popular catalana; en este caso, la diversidad en un ámbito concreto como es el de los gegants, cómo se mantienen vivas las tradiciones y con qué fuerza. Las entidades de cultura popular en general son elementos vertebradores de la cultura y de la identidad catalanas y como tales, realizan una función vital en el mundo del asociacionismo de la sociedad civil, especialmente activo y consolidado en este ámbito. En ese sentido, los ciudadanos terrassenses disfrutamos de una amplia variedad de formas de expresión en torno a la cultura popular.
No podemos más que felicitarnos por ello y felicitar a la colla Geganters de Terrassa por su trayectoria, por su vitalidad y su entusiasmo que ha cristalizado en su extraordinaria organización de Terrassa XXXena Ciutat Gegantera. Toni Messeguer estaría orgulloso y la ciudad con él.
Semana grande
La semana decisiva de la campaña electoral empieza con fuerza: guerra de comunicados y advertencias, con la UE de fondo y la alargada sombra del corralito. Las encuestas dan una mayoría de diputados al sector independentista. Habrá que ver si los soberanistas mantienen el pulso y si los no independentistas son capaces, como pretenden, de movilizar a ese veinticinco por ciento de indecisos que podrían cambiar los resultados que vaticinan las encuestas. Será una semana movida, sin duda.
