La Ley de la Organización Comarcal de Catalunya define los consejos comarcales como los órganos de gobierno y de administración de las comarcas. Cada comarca se constituye en una entidad local de carácter territorial formada por la agrupación de municipios contiguos. Los consejos comarcales tienen pues personalidad jurídica propia y plena capacidad y autonomía para el cumplimiento de sus fines en su ámbito territorial que es, por supuesto, la comarca.
Se trata por tanto de una herramienta administrativa territorial muy útil en zonas rurales en las que existe una mayor conciencia supramunicipal, un mayor acerbo comarcal, incluso de carácter histórico. En ellas, los ayuntamientos se organizan para compartir y optimizar gastos e inversiones, pero en algunas zonas más urbanas los consejos comarcales han sido objeto de no poca controversia. Una de ellas ha sido el Vallès Occidental. La realidad comarcal del Vallès podría compararse, salvando las distancias, a la realidad de Europa, siempre en construcción y con la constante recelo y la distancia de sus miembros cuando se trata de construir y no de recibir. No seamos hipócritas; aquí nadie se cree el consell comarcal, un organismo que gestiona Mercavallès, algo de residuos, un poquito de turismo, las becas comedor y el transporte escolar en una de las areas de mayor densidad de población de Catalunya. Ya no tiene ni el Copevo.
Y decimos esto porque a veces caemos en posturas de artificialidad territorial cuando, por ejemplo, el consell comarcal se niega a dar cifras por municipios de lo que gestiona. Esta semana se ha negado en redondo a dar cifras sobre las becas comedor que ha solicitado cada miembro. Y lo mejor es que dice que no las tiene, que solo dispone de cifras comarcales globales. Ridículo. Como ridículo es que el delegado de Ensenyament en la comarca se niegue sistemáticamente, año tras año, a ofrecer datos por municipios del principio del curso escolar en su rueda de prensa-miting anual. Es cierto que los da, pero lo hacen sus técnicos, después de la rueda de prensa y tras insistir desesperadamente todos los medios de la comarca. Los da cuando desaparece y no se pueden comentar las cifras con él. Mejor sería un plasma “rajoiniano”.
Lo único que se consigue es un intento de justificación de la existencia de entes y organismos mediante el manejo y presentación de datos de una manera determinada. La comarca no se construye así.