Opinió

Autobuses

Probablemente, al margen del debate sobre el agua que alcanzará en breve una intensidad insospechada en meses anteriores, existen dos cuestiones prioritarias sobre la que el Ayuntamiento deberá tomar decisiones de forma urgente. Una es el asunto de los autobuses, en toda su extensión y la otra es la de la limpieza. La ciudad está sucia, las baterías de contenedores no están bien dimensionadas y se ofrece en algunas zonas una imagen francamente mejorable de la ciudad.

Con respecto a los autobuses el consistorio tiene dos frentes abiertos. Uno es el de la gestión y la renovación de la flota de vehículos. Con respecto a la primera cuestión, la desgraciada tramitación del concurso de la concesión que acabó con la suspensión del mismo ha desembocado en un dilema que se debe resolver en pocos días. Se trata de decidir si el servicio de transporte urbano de Terrassa se mantiene en régimen de concesión o el Ayuntamiento lo municipaliza y asume directamente su gestión. Es curioso que cuando parecía tan claro que lo mejor era mantener la concesión, se cuestione ahora la fórmula y se cuestione recuperar las riendas del servicio. La ciudad ha presumido siempre de un buen servicio de autobuses y en todo caso la decisión debe tener ese objetivo como horizonte.

La posibilidad de la renovación de la flota ha vuelto a la actualidad coincidiendo con las quejas de los usuarios que hizo suyas hace pocas semanas la Federació d’Associacions de Veïns de Terrassa. Muchas averías, calor en el interior de los coches y retrasos en los horarios. A pesar de lo que pueda responder la empresa concesionaria, el problema se ha dado y con la intensidad suficiente como para que los usuarios se quejen ostensiblemente. La empresa dice que se han producido las misma averías que en otros años, pero es evidente que las quejas no han sido las mismas por lo que es probable que la percepción equivocada no sea la de los usuarios. Sea como fuere, los autobuses necesitan una renovación y la posibilidad de sustituir algunos de los existentes por coches híbridos sería una excelente noticia para la ciudad. Cualquier medida, por modesta que sea que contribuya a reducir los niveles de contaminación en la ciudad siempre debe ser bienvenida y hay vecinos de diversas calles de la ciudad que lo agradecerán enormemente. Además de contribuir a mejorar la calidad del aire en la ciudad, contribuirá en la concienciación de los terrassenses en torno a los vehículos medioambientalmente sostenibles.

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