La sensación y no sólo sensación, la certeza con sus números en la mano, de la mayoría de hosteleros terrassenses consultados es que la temporada de verano está siendo considerablemente mejor que en años anteriores. Es uno de los indicadores que vienen a confirmar una cierta mejoría de las economías familiares, tal como se ha podido comprobar también en los balances que se están realizando sobre la ocupación hotelera en los destinos vacacionales. Quienes han encontrado trabajo en los últimos tiempos tienen una posibilidad de gasto que no tenían y los que habían conservado su empleo se sienten más seguros en él. No olvidemos, no obstante, que existe un elevado número de personas que siguen en el paro, con y sin prestación, que no puede subirse al carro de la recuperación.
Sea como fuere, se ha percibido una cierta relajación en el gasto este verano y en la ciudad una mayor sensación de parón vacacional que en años anteriores. Si tenemos que hacer caso de la ocupación de las terrazas como síntoma, debemos concluir que hay una mayor confianza de los terrassenses en la economía puesto que la ocupación está siendo buena o muy buen según con quien se consulte. Existe no obstante, un punto negro. Parece ser que los hosteleros de la Rambla no están del todo contentos, con lo que se da pie a la reedición del eterno debate sobre la Rambla como polo de atracción comercial.
LA DEUDA
El Ayuntamiento ha corrido a desmentir los datos del ministerio de Hacienda sobre el endeudamiento municipal. Decía el ministerio que Terrassa era la cuarta ciudad catalana en deuda cuando según los datos municipales es la tercera. Podría pensarse que de tercera a cuarta no hay tanta diferencia y que lo importante no es lugar en el ranking sino los casi 200 millones de euros que se deben, no obstante, siempre es bueno matizar y dejar las cosas en su sitio. El de Terrassa es un ayuntamiento solvente, contenido en el gasto y riguroso en su administración, nadie lo ha puesto en duda, pero si bien la deuda del Parc Audiovisual parece que puede asumirse a medio plazo visto el nivel de explotación, con respecto a Habitatge Terrassa la gestión es más difícil debido a la complejidad del mercado inmobiliario. Habrá que ver cómo se afronta este asunto durante el mandato.