Hay asuntos que producen un cierto cansancio cada vez que recuperan su interés informativo. Un de ellos es, sin duda, el del IV Cinturó. Se trata de una infraestructura absolutamente desgraciada cuyo proyecto nació gafado desde finales de los años 60 y que no sólo está inconclusa, sino que no tiene visos de que pueda finalizarse.
La administración pública, que gastó una cantidad importante de dinero en realizar el estudio de impacto medioambiental de la nueva vía dejó en su momento que caducase. Aún siendo grave que pasase el tiempo y el estudio perdiese vigencia, lo realmente grave fue se intentó dar continuidad a la obra con el informe caducado y tuvieron que ser las entidades ecologistas las que denunciaron el caso. Con todo, esa es sólo una de las innumerables situaciones que se han creado en torno a la construcción de esta vía que lleva más de veinte años de retraso en su construcción.
La penúltima es la que, nuevamente las entidades ecologistas del Vallès, denuncian y es la fragmentación del proyecto que parece que pretende realizar el ministerio de fomento para dar continuidad a la infraestructura hasta Sabadell. Según asegura ADENC, el proyecto ha sido fragmentado y se realizará un estudio ambiental del tramo entre Terrassa y Caldes de Montbuí. Recordemos que el IV Cinturó o autovía b-40 como finalmente se le quiera llamar, debe continuar hasta el Vallès Oriental y en Granollers conectar con la autopista AP-7.
Dicen los ecologistas que esa fragmentación es ilegal y que se realiza porque de esa manera se minimizan los resultados del impacto medioambiental. Las entidades que forman parte de la plataforma de oposición a la vía ya han anunciado que denunciarán la decisión del ministerio de Fomento por considerarla ilegal. Por tanto, se entiende que se producirá un nuevo retraso que convertirá el IV Cinturó en el eterno proyecto.
La conclusión de la vía hasta Granollers se hace necesaria para completar lo ya iniciado, pero no olvidemos que existe otro problema de gravedad y es que pese a los años que hace que se iniciaron las obras después de superar múltiples dificultades, el tramo entre Terrassa y Abrera no está acabado y si bien su conclusión estaba prevista para el año 2017, se ha sabido que no se espera que acabe hasta el 2019 o principios de 2020, circunstancia que ha provocado la queja del empresariado del Vallès.