Son sólo 6,5 kilómetros, pero se han convertido en el tramo más largo y plagado de retrasos de toda la historia de las infraestructuras no sólo en Catalunya, sino probablemente en toda España. Las obras del IV Cinturó o la B-40, su denominación oficial, vuelven a sufrir una nueva demora. La enésima. La sucesión de modificaciones con respecto al término de los trabajos se han ido produciendo al mismo tiempo que se prolongaba el proyecto. Ahora, aunque los Presupuestos Generales del Estado para 2016 recientemente presentados por el Gobierno confirman que el Ministerio de Fomento destinará 13 millones el próximo año a esta vía, en paralelo se asegura que esta red de comunicación estará operativa a finales de 2019. La última vez que se puso en calendario la obra se estableció el horizonte de 2018 para poder disfrutar por completo de una infraestructura vital para uno de los corazones industriales de Europa.
Ya no puede existir la irremediable excusa de la crisis para justificar que una vía de comunicación que hace décadas que se demanda desde todos los estamentos sociales del Vallès vuelva a sufrir un maltrato de esta envergadura. En este largo período de tiempo se han iniciado y finalizado infraestructuras económicamente más elevadas y de más que dudoso beneficio para el interés común que la B-40. Por contra, el futuro del IV Cinturó ha continuado navegando sobre las turbulentas aguas de las tensas relaciones entre el Govern y el Gobierno.
Ahora, plantear un nuevo retraso, volver a demorar el final de las obras ya se ha convertido en un error estratégico. Si hasta el momento el paraguas de la crisis podía en cierto modo justificar la cascada de cambios en los trabajos de esta vía, el cambio de tendencia del ciclo económico invita, más que nunca, a centrar todos los esfuerzos en poder invertir en un proyecto ganador; que puede reportar un rápido retorno a todo el esfuerzo económico que precisa una infraestructura de este tipo. Es indudable que la puesta en marcha del IV Cinturó permitiría engordar el músculo industrial de una comarca como el Vallès. Que las empresas puedan contar con una vía de comunicación de este calibre puede mejorar considerablemente su nivel de competitividad y de este modo poder generar una mayor riqueza económica y acelerar la deseada recuperación.