Con una enorme satisfacción y también con una mayúscula dosis de sobrestima. Esa es la mejor forma de definir las sensaciones que envuelven al Ayuntamiento de Terrassa tras haber ganado la primera sentencia judicial relacionada con las multas a los bancos por tener pisos vacíos durante más de dos años. Es un fallo pionero y a la vez un tremendo impulso para una de las grandes apuestas del Gobierno liderado por Jordi Ballart. El juzgado contencioso-administrativo número 10 de Barcelona ha desestimado el recurso presentado por Bankia contra la sanción coercitiva de cinco mil euros que le impone la administración local, amparándose en la Llei de l’Habitatge de Catalunya. Esta decisión supone el primer espaldarazo judicial a nivel estatal a las multas por los pisos vacíos.
Es indudable que aunque esta sentencia no es definitiva, porque se puede interponer un recurso al Tribunal Superior de Justicia de Catalunya y por lo tanto no sienta jurisprudencia, supone un primer respaldo judicial a una decisión política que la mayoría de entidades bancarias pusieron en entredicho en su momento y que desde el primer instante afirmaron que recurrirían. El Ayuntamiento de Terrassa fue pionero en multar a los bancos que mantenían pisos vacíos por un período de más de dos años. Aunque el proceso no fue fácil y en algunos instantes tuvo tintes excesivamente políticos al prolongarse los procesos para imponer las sanciones, lo cierto es que el respaldo del juzgado contencioso-administrativo número 10 de Barcelona, es un aval para una medida valiente y de gran calado social, como se pretendía.
Terrassa ha abanderado esta iniciativa, se ha convertido en el espejo de otros municipios que han seguido sus pasos. Ahora, con una sentencia a su favor en el bolsillo, crece todavía más la figura de la ciudad como gran imaginario en la batalla contra los bancos y los pisos vacíos.
Por extensión, el fallo judicial genera una dosis de tranquilidad añadida por un Ayuntamiento que ha sufrido situaciones complicadas como la necesidad de parar el proceso de licitación del nuevo servicio de autobús para la ciudad, precisamente, tras recibir varios reveses administrativos que pusieron en cuestión la metodología empleada para este importante proyecto. Fue tanta la presión, que el final el Ayuntamiento optó por empezar de nuevo. En esta oportunidad, la sentencia sobre los pisos vacíos reafirma que el camino elegido es el correcto y que no hay marcha atrás.