Opinió

Optimismo

La de Ferrocarrils de la Generalitat en Terrassa es, efectivamente, una gran obra y es cierto que hay que valorar el hecho de que se ha llevado a cabo en una época económicamente muy compleja para la administración, a causa de la cual se tuvo que suspender. Cuatro kilómetros de túnel cuya construcción se ha alargado durante doce interminables años, afectando esencialmente a tres áreas muy concretas de la ciudad en su superficie: Vallparadís, Parc del Nord y Can Roca. El desarrollo de la obra ha sido perfecto al margen de su duración y los temores que suscitaron la forma de progresar en la construcción, mediante perforadora y dovelando los túneles, no ha significado mayor problema que unas leves vibraciones que no han puesto en riesgo la integridad de ningún edificio.

Ahora todo está a punto para su inauguración el próximo día 28 y su puesta en marcha para el 29 poco después de las cuatro de la madrugada. De hecho hay quien dice que hace semanas que podría estar en marcha y que se ha retrasado su puesta en funcionamiento por motivos eminentemente electorales. Sea como fuere, la obra ha concluido y toca analizar la repercusión que tendrá sobre el territorio. El presidente de Ferrocarrils, Enric Ticó, vino ayer a la Cambra de Comerç i Indústria de Terrassa a presentar la obra y a hablar de las consecuencias positivas que tendrá para la ciudad. Las previsiones son sumamente optimistas. Para empezar, más de 1.200 puestos de trabajo indirectos, una cifra nada desdeñable; una mejora extraordinaria de la movilidad para la ciudad y un impacto económico de gran importancia. El presidente de Ferrocarrils hablaba la semana pasada de un aumento de más de tres millones de viajeros e insistía ayer en la mejora de comunicaciones no sólo interiores en la ciudad, sino con el Vallès.

A veces se hace difícil para el profano hacerse una idea de la repercusión de este tipo de obras, si el aumento de viajeros será tan elevado, si no restarán de Renfe, si realmente, en definitiva, la lectura debe ser a priori tan optimista. En todo caso, el tiempo lo demostrará. No cabe duda, sin embargo, de lo reforzada que resultará la zona universitaria terrassense, que se dotará de un sistema de transporte perfecto para los estudiantes y veremos si barato. La reivindicación de que Terrassa sea incluida en la segunda zona no parece tener eco en Barcelona. Esperemos que la tarjeta que también anunció Enric Ticó ayer en Terrassa permita realmente un metro del Vallès no sólo cómodo y rápido, sino también barato.

To Top