Opinió

Ya se verá

Jordi Ballart será investido hoy alcalde de Terrassa en la segunda ronda de las votaciones del pleno de constitución del Ayuntamiento del mandato 2015-2019. Ballart, hasta esta misma mañana alcalde en funciones, esta vez sí, será alcalde tras someterse a un proceso electoral. Afronta una etapa que se prevé compleja por la falta de una mayoría que al menos de momento dé estabilidad a su gobierno, pero la heterogeneidad que impera en la sala de plenos no se debería entender como una dificultad, sino como una oportunidad para el consenso y la transparencia; no es fragmentación sino pluralidad. Apelábamos a la responsabilidad el día después de las elecciones y ha llegado el momento de la Terrassa del diálogo.

No debe ser un paso atrás que el PSC no tenga mayoría absoluta; no debe entenderse como una amenaza la presencia en el pleno de nuevas formas de entender la política; hay que saludar la vuelta de los que quizás no debieron marchar y felicitar a los que a duras penas mantienen su representación. Es un momento importante para la ciudad con grandes cuestiones de fondo que merecerán, sin duda, la participación activa de todos, como del plan de ordenación urbanística en cuya revisión coinciden todos los partidos. Hay otro asunto de suma importancia, quizá el gran tema, la salida de la crisis, la atención a las personas que lo necesitan y la reducción del número de parados, probablemente el gran debe de la ciudad en estos momentos.

Cómo acometer los retos depende de los representantes de los que la ciudad ha querido dotarse; la forma como se organicen es cuenta suya. El portavoz del PSC hablaba ayer de la necesidad de buscar complicidades puntuales y también hablaba de complicidades más estables, porque Terrassa necesita de un gobierno sólido; el portavoz de Convergència ponía lineas rojas, pero dejaba la puerta abierta de par en par a posibles acuerdos de gobierno con un "ya se verá". La fiscalización por parte de los partidos de la oposición será rigurosa y severa, pero no hay más remedio que buscar un lugar de encuentro en el que la ciudad se pueda gobernar, porque más allá de la política real o la política ficción, está la necesidad de que la ciudad funcione y funcione bien.

Han sido tres semanas muy intensas en las que los partidos han marcado sus posiciones, unos de forma más abierta que otros; ahora llega el momento de formar gobierno y gobernar. Si hay o no pactos, pues eso, ya se verá.

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