Ha llegado el momento de tomar decisiones en Convergència i Unió, sean de aplicación inmediata o de implementación a corto plazo, pero decisiones al fin. La asamblea de esta noche deberá decidir cuál será el papel de la coalición durante los cuatro próximos años y la decisión no será otra que la de elegir entre la irrelevancia y el riesgo de formar gobierno con el PSC. No es fácil, pero no hay término medio.
CiU tiene tres concejales que en la oposición no tendrán ni el más mínimo protagonismo porque el foco de atención, tal como hemos visto en los días inmediatamente posteriores a las elecciones, lo acapararán Esquerra Republicana y Terrassa en Comú. En el supuesto caso de que la CUP apoyase la candidatura de TeC y ERC, CiU podría forzar el cambio y hacer dos cosas, gobernar con esas formaciones, cosa que no ocurrirá, o mantenerse en la oposición habiendo contribuido al cambio de alcalde. Pero seguiría en la oposición y si bien sus votos serían necesarios, su papel seguiría siendo irrelevante.
Si no apoya el pacto entre TeC y ERC (hoy se conocerá también la postura de la CUP) puede mirar hacia el otro lado de la sala de plenos. Es decir, podría apoyar la candidatura de Ballart a la alcaldía o no hacer nada para que Ballart no sea alcalde y quedarse en la oposición. En cualquiera de los dos casos, CiU será irrelevante. La tercera opción sería la de acompañar al PSC y recuperar con una acción de gobierno el desastroso resultado de las últimas municipales. Es decir, rentabilizar esos tres regidores con otras tantas concejalías, entre las que sin duda está Promoció Econòmica, cuyo titular sería Miquel Sàmper. La propuesta existe y se explicará y se votará hoy en asamblea. Con todo, no quiere decir ello que la entrada en el gobierno deba ser inmediata, podría ser después de comprobar qué relación de fuerzas establecen las elecciones del 27-S.
Habrá que ver la postura de los militantes. Un sector prefiere verlas venir desde la oposición, otro minoritario estaría conforme con hacer alcalde a Xavier Matilla y hay quien va a la asamblea a escuchar los pros y contras y esta misma tarde-noche tomará una decisión. La opinión de Josep Rull será sin duda determinante. El perfil independentista exigido por CiU para cualquier acuerdo, seguramente esté pactado en torno a la declaración de Terrassa como ciudad independentista en la que si el PSC no vota a favor quizás tampoco lo haría en contra, en función de lo que haga TeC.