Pocas veces un deportista ha suscitado tanto consenso en torno a su figura como Xavi Hernández. Hoy en Berlín pondrá fin a una de las carreras más brillantes que pueden recordarse en el fútbol mundial. Ha ganado todos y cada uno de los títulos, de club y de selecciones internacionales, que puede haber al alcance de un futbolista; es el jugador del FC Barcelona que más partidos ha jugado y que más trofeos ha conseguido y probablemente el que más pases haya dado.
Un reputado guitarrista respondía, cuando se le pedía que definiera el compás flamenco, que era controlar del tiempo. Xavi ha sabido como nadie darle al fútbol el compás que ha necesitado en cada momento, controlar el tiempo no desde un punto de vista cronológico, sino seguramente metafísico. Hombre sensato y cerebral ha sabido trasladar el equilibrio de su carácter al terreno de juego y también al vestuario.
Hoy dirá adiós a una brillantísima carrera como barcelonista. Sería una bonita forma de acabar su vinculación al club de su vida levantando la copa de la Champions en Berlín. No obstante, si por cualquier circunstancia eso no es así, quien puede pensar que se va a empañar su adiós. La última temporada de Xavi en el Barcelona ha sido excepcional. Pese a su falta de continuidad en las alineaciones titulares, siempre ha estado ahí en los momentos importantes, acompasando el fútbol, controlando el tiempo.
Pero quizás, lo más importante, de lo que tanto él como los que le rodean, como el propio FC Barcelona y todos los que le admiramos debamos sentir mayor satisfacción sea por la forma en que ha dicho adiós. Por desgracia, no suele ser muy habitual que un futbolista acabe su carrera o su etapa en un club determinado concitando tanta unanimidad en el elogio, tanta admiración y tanto cariño. Xavi ha tenido una buena forma de dejar el Barça no ya en lo deportivo, que ha sido excepcional, sino en lo personal. El contrapunto sería Casillas, un futbolista cuya carrera ha corrido paralela a la de Xavi, aunque con un final menos grato.
Cuando Xavi, Iniesta y Messi fueron finalistas del certamen del Balón de Oro hubo gran polémica sobre quien debía ser el galardonado. Todos coincidíamos, después del mundial de Sudáfrica, que era el año de Xavi o Iniesta. Ganó Messi y un twittero concluyó: “Xavi lo hubiera pasado”. Sí, seguramente hubiese levantado la cabeza y lo hubiese pasado; dulcemente y con precisión.
