El despliegue de la Agència Tributaria de Catalunya (ATC), embrión de la hacienda catalana propia que reivindica el gobierno catalán, ha permitido un ahorro de 8,25 millones en 2018, cifra que se ampliará hasta los 33,71 millones en 2027, según las previsiones de la Generalitat de Catalunya
El vicepresidente y conseller de Economia de la Generalitat, Pere Aragonès, se congratuló ayer en conferencia de prensa del ahorro conseguido y de las proyecciones para los próximos años porque demuestra "que el Govern es capaz de hacerlo muy bien cuando asume responsabilidades". Este balance positivo le llevó a remarcar que "el Govern está comprometido en asumir todas las responsabilidades públicas en todos los ámbitos", incluidas "las que tiene un Estado, porque creemos que es lo mejor".
Despliegue territorial
Aragonès presentó el balance del primer año de la asunción por parte de la Generalitat de la gestión integral de los tributos propios y cedidos, y de la culminación del despliegue territorial de la ATC, con sus 28 oficinas territoriales y de servicios tributarios. El informe concluye que el conjunto de las iniciativas puestas en marcha han generado un impacto en el presupuesto consolidado de la Generalitat de 2018 de 8,25 millones, cifra que irá creciendo hasta situarse en el 2027 en 33,71 millones. Desde que la Generalitat asumió en septiembre de 2017 la gestión completa de los tributos cedidos y la gestión ejecutiva de las deudas, la recaudación se ha incrementado un 14% en transmisiones patrimoniales y actos jurídicos documentados, y un 23% en sucesiones y donaciones.