La era digital ha llegado “como un ola” que ha cambiado la educación, el periodismo, la política, la empresa, el marketing, los recursos humanos y la sociedad en general. “Lo fundamental ya ha pasado, ahora la clave del éxito, y por tanto del emprendimiento, es saber cómo llegar al nuevo cliente en este escenario renovado”. Así lo explicó ayer Dolors Reig, psicóloga social y editora principal de El Caparazón, en el marco de la décima Jornada d’Emprenedoria que se celebró en el Teatre- Auditori de Sant Cugat. El emprendimiento en la era digital debe seguir poniendo en su centro a las personas, sin embargo, éstas, sobre todo las más jóvenes, han cambiado sus comportamientos debido a la irrupción de las nuevas tecnologías y las redes sociales. “Debemos cambiar la manera de actuar para llegar mejor” a los que son gran parte de los potenciales clientes de nuevos servicios y productos, y para ello, es esencial conocer sus últimas tendencias y modas. “Porque, en definitiva, son los destinatarios de nuestro emprendimiento”. Esos nuevos jóvenes “son muy potentes y con ganas de cambiar las cosas”. Muchos se aburrieron en la escuela tradicional, entienden el periodismo y la política como participación, y en las empresas quieren que sus proyectos fructifiquen.
Además, tienen a su alcance herramientas, en referencia a todo lo significa internet y las TIC, y ganas de hacer cosas. Y saben, por experiencia propia, que las cosas se pueden cambiar. El reto para las empresas, en la sociedad 2.0, está en saber llegar a este nuevo “target” de consumidores, y para ello, según Dolors Reig, no existe otra alternativa que conocer sus gustos y prácticas en las redes.
Como en la plaza del pueblo
Si una empresa quiere llegar a los jóvenes, debe poner en su equipo a jóvenes” porque ellos, y no otros, son los verdaderos “reyes” en el mundo digital y conocen sus movimientos. “Para las empresas ya no tiene sentido tener un canal corporativo”, puso como ejemplo, cuando lo que realmente llega ahora es el lenguaje audiovisual del “Youtubing”, o incluso ni siquiera es ya efectivo apostar por las “influencers” más veteranas, un fenómeno que es, de hecho, todavía reciente. “Se sabe que están pagadas y se las relaciona con el formato televisivo vertical. Vale la pena apostar por influencers más jóvenes”. Y no valen engaños. “Para salir a internet hay que tener un producto excelente. Porque la red es como la plaza del pueblo, donde todo se sabe”. A los jóvenes, sobre todo los de la generación “centennials” (que son los “verdaderos nativo digitales”) el entorno tecnológico los ha cambiado de arriba abajo. “Valoran el ahorro, son poco leales a las marcas, son más fieles a los social media starts que a las celebrities televisivas, quieren participar en la empresa y no entienden ningún tipo de discriminación”. Y su conocimiento en materia de redes sociales también les otorga un componente de liderazgo en entorno. “Influyen en la compra de las familias más que la generación anterior, sobre todo en productos tecnológicos”.
Ocho segundos de margen
Los jóvenes no sólo han cambiado en su comportamiento social, sino también a nivel de percepción “cerebral”, debido al uso de las tecnologías. “No es que sepan hacer varias cosas a la vez; lo que sí son capaces de hacer es cambiar muy rápido. Difícilmente tienen una memoria enciclopédica pero sí una inteligencia fluida y resolutiva”. Por lo tanto, y ahí a un aviso a navegantes: si una información, una imagen o un vídeo “no es capaz de captar su atención en los primeros ocho segundos, no lo hagas, porque no lo va a mirar”. Para Dolors Reig, Facebook está moribundo, mientras que Youtube, Instagram e incluso Twitter emergen como los canales de presente y futuro. “Pero tienen que ser contenidos de calidad, es decir, realizar un marketing de contenido, sobre todo vídeos y si son en directo, mucho mejor”. Y si una empresa quiere tener un canal corporativo en YouTube “que editen los vídeos los jóvenes”. El nuevo ecosistema también está haciendo emerger un nuevo tipo de emprendimiento joven. Los centennials “son emprendedores, activos, están rodeados de recursos, están preocupados por el entorno y quieren cambiar las cosas que no funcionan y siempre con un componente ecológico y social”. Además, están acostumbrados a vivir en un entorno cambiante y con incertidumbre porque, de hecho, “desde que nacieron prácticamente se ha vivido en crisis económica permanente”. Además, tanto emprendedores como potenciales consumidores están más informados que nunca. “El presidente de EEUU en 1930 tenía diez veces menos información que los jóvenes de hoy en día”, sentenció.
