La egarense Shanghai Barcelona Trading, S.L fue una de las primeras empresas españolas, hace ya casi veinte años, que se especializó en la importación, fabricación a medida y asesoramiento de compras en China. Joan Miquel Monzó, fundador y gerente de esta compañía, resume gráficamente su actividad. "Si alguien quiere fabricar en China, nosotros nos encargamos de todo. Es decir, gestionamos los procesos de compra de forma integral ofreciendo todo lo que se necesita para realizar la importación", explica. Ese "todo" incluye la búsqueda de fabricante o proveedor de producto, la negociación de precios, la homologación de los diferentes fabricantes, la supervisión de la producción, el control de calidad, la obtención de certificaciones CE, TÜV, UL, y RHOS, y la gestión logística y de aduana hasta la entrega del producto en la empresa cliente.
"Por parte de los empresarios hay mucha desconfianza cuando quieren empezar a importar desde China; el primer pago siempre se debe hacer por adelantado o mediante carta de crédito, y dudan mucho sobre si el producto que recibirán tendrá la calidad pactada o si simplemente la empresa china en cuestión existe o no existe". Y realmente, esa incertidumbre tiene su base real pues se producen numerosas estafas. "En muchas ocasiones llegan al puerto contenedores llenos de arena o de piedras en vez del producto pactado. Esto pasa continuamente", comenta Joan Miquel Monzó.
"Incluso en los portales chinos más importantes hay anuncios que responden a empresas ficticias; hay personas que envían 20 mil, 30 mil o 40 mil dólares por comenzar alguna operación. Luego, cuando se dan cuenta del fraude, nos llaman para ver si podemos hacer algo. Pero una vez el contenedor en el puerto ya todo está perdido". Por eso, Monzó aconseja a las empresas que quieran trabajar con China que, ante todo, se pongan en manos de profesionales y que "no se fíen de las páginas web porque luego hay muchas sorpresas".
No se trata sólo de evitar un posible fraude. La cultura empresarial china tiene su propio código y hay que saber entenderlo. "Por ejemplo, lo que se concibe aquí por buena calidad, allí puede ser entendido de manera distinta. En este caso, no hay mala intención pero el problema puede surgir igualmente", aclara este empresario local.
La firma egarense dispone en Shanghai de una oficina, donde exporta productos industriales y también de gran consumo a ocho países de Europa y Latinoamérica, además de Rusia y Turquía. La oficina cuenta con un equipo de expertos en diferentes campos para todas las gestiones relacionadas con el proceso de importación. Trabaja para múltiples sectores pero especialmente realiza merchandising para equipos de fútbol de Primera División y otros productos de gran consumo y para sectores industriales.
Consolidación
Esta empresa egarense, plenamente consolida después de 18 años de actividad, ha contado desde sus inicios con el apoyo del BBVA, resalta Joan Miquel Monzó. "Nuestra relación con BBVA se remonta a 2001, cuando se creó la empresa. Ha sido siempre un banco de referencia para nosotros, y nos ha apoyado en todo, principalmente en el asesoramiento a nivel internacional", dice este empresario, que añade, que ese apoyo es "a nivel de financiación y asesoramiento" y destaca especialmente la figura del asesor comercial, "que es la persona que tenemos de contacto con la entidad. En nuestro caso es una figura clave que nos aconseja y asesora".