El BBVA obtuvo durante el año 2017 un beneficio neto de 3.519 millones de euros, un 1,3% más que en 2016, incluido el ajuste contable que se anotó en el último trimestre por el saneamiento de su participación en Telefónica, informó ayer la entidad a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Según explicó el banco, sin tener en cuenta las minusvalías de 1.123 millones de euros que tuvo que anotarse por el mencionado ajuste, el beneficio anual hubiera sido de 4.642 millones, un 19,7% más que el resultado "comparable" de 2016, que tampoco incluye los 404 millones destinados a cubrir las reclamaciones por las cláusulas suelo.
En la presentación del balance, Francisco González, presidente de BBVA, despejó dudas sobre su sucesión, prevista para 2019. "No va a haber sorpresas. Tenemos un equipo fabuloso", explicó, dejando claro que para él sería una sorpresa que la solución no fuera interna, algo que apunta a dos nombres: su consejero delegado, Carlos Torres, y el consejero ejecutivo, José Manuel González Páramo. También habló de su legado, enviando dos duros mensajes al PSOE. "Este banco ha acreditado que es serio, sólido y que no se deja achantar por el poder político. Aquí ha habido momentos muy duros. Una constructora quiso quedarse con el banco apoyado por el Gobierno de entonces (de Zapatero). Este banco no hubiera sido lo que es si hubiera pasado". El segundo mensaje a los socialistas ha sido por el impuesto a la banca propuesto por su líder, Pedro Sánchez.
Tercermundista
"Soy mayor para escuchar estas cosas. Las había oído antes, pero más en países como Bolivia que en Europa. No creo que sea la solución". Francisco González, que se mostró satisfecho con estas cuentas, destacó que 2017 ha sido un buen ejercicio y 2018 será aún mejor, y añadió que "la fortaleza de los ingresos recurrentes y la mejora de la eficiencia demuestran que estamos dando pasos importantes en nuestra estrategia de transformación". México se mantuvo como el motor de las cuentas, con un beneficio neto de 2.162 millones de euros, un 12,7% más, frente a los 1.381 millones que obtuvo el grupo con su actividad bancaria en España, a los que hay que restar las pérdidas de 501 millones de su área inmobiliaria (Non Core Real Estate).
En cuanto a los indicadores de riesgo, la morosidad se redujo en 47 puntos básicos en un año y descendió al 4,4 %, "la mejor tasa desde junio de 2012", gracias a la disminución de préstamos dudosos, en tanto que el ratio de cobertura para insolvencias bajó al 65% desde el setenta de 2016. La entidad cerró 2017 con un volumen de créditos de 400.369 millones de euros, un 7% menos que un año antes, en tanto que los depósitos de la clientela se redujeron un 6,2% y quedaron en 376.379 millones, al tiempo que los recursos totales de los clientes bajaron un 5,7% y se situaron en 690.059 millones, explica la nota.
En cuanto a la solvencia, el ratio de capital de máxima calidad CET 1 "fully loaded", contando con todos los requisitos de Basilea II, subió al 11,1% frente al 10,9% de 2016. Según detalló el banco, el ratio se eleva al 11,34 % si se tiene en cuenta el impacto de la nueva normativa contable IFRS9 y las operaciones corporativas anunciadas, como la venta de BBVA Chile y el acuerdo con Cerberus para venderle el 80% de su cartera inmobiliaria. En cuanto a los márgenes de la cuenta, el de intereses (que recoge la mayoría de los ingresos) se situó en 17.758 millones tras aumentar un 4,1 % interanual, "un máximo histórico", que junto con las comisiones que sumaron casi 5.000 millones y crecieron el 4,1%, impulsaron el margen bruto hasta niveles récords de 25.270 millones, un 2,5% más. El banco precisó que los gastos de explotación se redujeron un 2,3%, hasta 12.500 millones.