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Empresas terrassenses marchan de la ciudad por falta de naves industriales

El incremento de la actividad económica no ha hecho más que acelerar la eclosión de un problema que se viene gestando en los últimos años. Es la cada vez más alarmante escasez de naves industriales de calidad (no hay nuevos proyectos desde hace años) y también terrenos donde construirlas en Terrassa. "Hay pocas naves industriales disponibles, por lo que empresas importantes que han necesitado crecer han marchado a otras poblaciones. Es decir, el éxodo de empresas ya ha empezado y no parará". Así lo asegura Pere Masachs, gerente de Masachs Naus Industrials, que controla el 95% de este mercado en Terrassa. Según cálculos de esta inmobiliaria, actualmente en Terrassa existen alrededor de 75 naves vacías (entre las que controla Masachs, y las de otros operadores). De ellas, sin embargo, el 40% están obsoletas, es decir, son antiguas (tienen los techos bajos y no pueden acceder trailers o sufren otras deficiencias). "De este grupo se puede decir que son naves cuya vida útil ya ha acabado", dice Masachs, que hace años que viene denunciando el ya inminente agotamiento de este mercado. "La situación es realmente alarmante", señala. Los polígonos de Terrassa están ocupados casi en un 97% de su capacidad, y sólo queda libre un 3,6% de naves industriales, de las que ese 40% es inservible. "A partir de 1.500 metros hacia arriba ya no hay naves de calidad en Terrassa. Las empresas ya están marchando hacia el Bages o hacia más arriba. Y no es sólo eso: también hay que contar con las compañías que quieren instalarse en Terrassa y no pueden hacerlo", dice Pere Masachs. El problema no es sólo terrassense, sino vallesano y también afecta a Barcelona ciudad.

Operaciones frustradas
Y Pere Masachs pone algunos ejemplos de operaciones frustradas por la carencia de naves o terrenos industriales. Una multinacional francesa de moda buscaba en Terrassa una nave de 7.000 metros para abrir una nueva fábrica en Catalunya; finalmente, esta factoría se ha ubicado en Polinyà al no encontrar la nave que necesitaba en Terrassa. Polinyà también ha sido el destino de una empresa sector de la automoción que estaba implantada en Terrassa y que necesitaba más espacio para crecer. Otra compañía afectada por esta escasez de espacio está dedicada al cacao. Esta compañía se trasladó a Olesa años atrás y quería volver a Terrassa; sin embargo, no encontró el terreno de veinte mil metros cuadrados que necesitaba. Al final, su destino es Viladecavalls. La falta de terreno también ha acabado frustrando la ampliación de una empresa del sector farmacia. Sólo funciona, y con escaso "stock", el mercado de naves industriales de calidad de alrededor de mil metros cuadrados. Por ejem-

plo, según Masachs, de las 38 empresas egarenses que encontraron nuevos alojamiento en Terrassa durante 2017, 31 lo hicieron en naves de mil metros, y siete en naves de menos de mil metros. En ese mismo ejercicio, ocho compañías foráneas se instalaron en nuestra ciudad. Siete lo efectuaron en naves de menos de mil metros, y una en una instalación de siete mil metros (se trata de una fábrica que el año pasado cesó en la actividad y dejó libre su sede).

La demanda al alza de naves industriales, que se ha incrementado un 20% en los últimos cuatro años (2013-2017), y la oferta cada vez más escasas, ha afectado a los precios. Según Masachs, los precios, tanto de alquiler como de compra, crecieron un 29% durante el pasado ejercicio. "Evidentemente, este incremento de precios repercute negativamente en la competitividad de las empresas", sostiene.

Esta situación "dramática" también se extiende, dice Pere Masach, a los terrenos industriales. Este empresario vuelve a denunciar que hay muy poco suelo industrial disponible para construir (en Terrassa sólo están disponibles cinco o seis solares). Por eso, plantea la urgencia de recalificar terrenos o poner en marcha polígonos como Els Bellots II o Can Guitart. Teniendo en cuenta que para habilitar un polígono (permisos y ejecución de obra), el tiempo mínimo requerido es un año, y que el periodo aproximado para edificar una nave es de doce meses, ya hasta principios de 2021 no habría nueva disponibilidad si esos proyectos se reactivaran de inmediato, lo que no parece que sea el caso, de momento.

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