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Fotoprix encara la fase decisiva para saber el futuro de la cadena de tiendas

Tensa espera entre los trabajadores de Fotoprix. El concurso de acreedores de la empresa, que llegó a ser el grupo de fotografía líder en España, está en su fase final a la espera de las ofertas de posibles compradores. El expediente es, en esta ocasión, de liquidación después de que Fotoprix no pudiera cumplir los compromisos alcanzados con los acreedores en el primer expediente que se incoó en 2014. Junto al concurso, la compañía ha presentado un ERE para toda la plantilla, que la forman actualmente casi doscientos trabajadores, aunque los despidos no se llevarán a cabo hasta que acabe la subasta de la empresa (los trabajadores que precise el nuevo propietario, si es el caso, serán excluidos).

"Hasta que no se abran los sobres con las ofertas, realmente no sabremos qué pasará", dice una fuente de los trabajadores consultada por Diari de Terrassa. En nuestra ciudad, la empresa mantiene dos tiendas, en ambos casos propias, y situadas en la Rambla d’Egara y el Passeig del Comte d’Egara. Estos establecimientos funcionan con normalidad aunque con el personal justo.

En principio, las ofertas se deben conocer antes del verano aunque el proceso, según recuerdan esas fuentes, se está dilatando. "Llevan diciendo desde abril que se van a conocer las ofertas…realmente no llega información. Es más, había de constituirse una comisión negociadora entre el administrador concursal y representantes de la plantilla y todavía no se ha formado".

Reestructurada
Según informó Economía Digital, los actuales administradores consideran que la empresa ya está reestructurada, con 60 tiendas y menos de doscientos trabajadores, y que los puntos de venta que tiene son rentables, ya que ha salvado los mejores ubicados. Pese a ello, necesita una inversión importante para modernizar su red y también publicitaria, para volver a posicionarse como una marca con actividad. La incapacidad para adaptarse a los cambios del mundo de la fotografía, sobre todo a la irrupción del smartphone como sustituto de la cámara común, llevó a Fotoprix a presentar el concurso de acreedores en 2014 y a hacer una importante reestructuración. Tras dos años en situación concursal, logró un acuerdo con los bancos, que aceptaron una quita del 50%, y salió del concurso. No obstante, la resistencia de Hacienda a renunciar a parte de la deuda llevó Fotoprix a la insolvencia. Como informó Economía Digital, la Agencia Tributaria, que como acreedor privilegiado negocia su deuda aparte del convenio, no aceptó la quita y en diciembre, en el momento de más ventas del año, embargó los ingresos de los pagos por tarjeta.

Con esta decisión, Hacienda recuperó la mayoría de la deuda que tenía la empresa contraída con ella, un millón de euros, pero dejó a Fotoprix sin liquidez, lo que la obligó a presentar un concurso de liquidación.

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