La urna funeraria “The tree remembers”, de la empresa terrassense Sortem y diseñada por Grocs Estudi, de Vic, ha ganado el prestigioso premio internacional Red Dot por su diseño. Se trata de una urna biodegradable que pretende revolucionar la forma de recordar a los difuntos, convirtiendo sus cenizas en un árbol o planta. Fabricada en cartón está estructurada en dos partes: un depósito para las cenizas, y otro para semillas.
“Su finalidad reside en mitigar la ausencia viendo crecer en cada brote una parte de los propios recuerdos, aunque también es la manera más respetuosa con el medio ambiente de dispersar las cenizas de nuestro ser querido”, explican desde la compañía terrassense. Esta innovadora apuesta llamó poderosamente la atención del jurado de los premios Red Dot, que se convocan en Essen (Alemania); se le otorgó el reconocimiento entre más de 5.500 candidatos de 54 países. Se trata de uno de los premios más prestigiosos en diseño industrial. Productos como la aspiradora Dyson, el iPhone o el diseñador Phillip Stark han ganado este galardón en su momento. La gala de entrega de premios se celebrará el próximo 3 de julio en Essen. El producto saldrá publicado en el libro de los mejores productos Red Dot.
“Probablemente, es la primera vez que se otorga este premio a un producto funerario. Llevábamos tres años recibiendo premios en ferias con diferentes productos pero este galardón va mucho más allá. Es realmente como si nos hubieran dado un oscar”, aseguró ayer a Diari de Terrassa Antton Loinaz, uno de los socios fundadores de Sortem, conjuntamente con Sergi Martínez y la terrassense Belén Nasarre. Sortem es una empresa dedicada a la fabricación y distribución a nivel nacional de productos funerarios que apuesta por la innovación en el sector, aportando soluciones y ofreciendo productos de calidad contrastada.
Gran experiencia
Los tres fundadores de la empresa llevaban veinte años trabajando en este sector por cuenta ajena, hasta que decidieron emprender y constituyeron su propia compañía en 2013 en Terrassa. “Nuestra idea es desarrollar productos propios y de momento realmente nos va bien”, dice Loinaz. “En este sentido, el mercado funerario necesita un cambio y queremos ser partícipes de él”, añade. Por su parte, Grocs Estudi Creatiu, diseñador de la urna biodegradable, tiene sede en Vic, en el espacio creativo e innovador del VIT, un coworking donde conviven más de 20 empresas de perfiles muy diversos. Es en este ambiente donde Grocs nació en 2008 y donde crea diseños de productos para industrias tan variadas como la funeraria, mobiliario o maquinaria industrial
Los premios Red Dot los otorga cada año un jurado formado por cuarenta profesionales de diferentes sectores que valoran aspectos como la innovación, la funcionalidad, la calidad, la ergonomía, el impacto medioambiental y la relación con el usuario de los productos presentados.
Sortem y Laura Malagarriga, su diseñadora, de la empresa Grocs Estudi, se han propuesto innovar en un sector tan tradicional como el funerario con un producto sencillo, ecológico y económico, pero sobre todo en cambiar un ritual ancestral como es la despedida de nuestros seres queridos. La urna biodegradable desaparece junto con las cenizas para dar paso a un árbol o planta que sirve como memorial del difunto. “Su diseño está hecho con mucho cariño. Es sencillo y digno, no lleva packaging y no desprende contaminantes”. En el mercado existe una propuesta similar pero, dice Loinaz, es “más cara y compleja”. Sortem quiso, por el contrario, acercar este servicio “a todo el mundo”. Este empresario asegura que la propuesta de Sortem aporta otra visión en este sector, donde la mayoría de urnas funerarias recuerdan a “ceniceros o cajas de Coca-Cola”.