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The Street Music, heredera de Faktoria, cierra incapaz de afrontar sus deudas

La trayectoria The Street Music, la sala heredera de la histórica Faktoria d’Arts en su local de la calle de la Rasa, ha sido muy efímera. El traspaso del negocio, que se realizó en el marco del concurso voluntario de la propia Faktoria, perseguía darle continuidad a la actividad y la plantilla, pero ha resultado todo un fiasco. El nuevo propietario desde finales de enero era el disc-jockey y técnico de sonido barcelonés Kike Torrijos. Pero esta misma semana ha dejado de serlo a raíz de una decisión del administrador concursal ante la precaria situación económica de The Street Music. Su cierre detrás de sí un reguero de deudas acumuladas en dos meses de actividad que incluye pagos a proveedores y salario a la plantilla, formada actualmente por diez personas (cuatro de ellas fijas), cantidades pendientes a la que Torrijos no pudo hacer frente. "Los trabajadores llevan más de un mes y medio sin cobrar", dicen fuentes de la plantilla. Ante esta situación, el administrador concursal decidió hacer borrón y cuenta nueva anulando la venta del negocio a la sociedad The Street Music. Con ello, el empresario terrassense Joan Pérez vuelve a ser el propietario de la sala y la situación concursal de ésta regresa al estado previo al traspaso a Kike Torrijos.

A las puertas del final
Por lo tanto, según explica el propio Joan Pérez, la sala vuelve a estar a las puertas de entrar en fase de liquidación en el marco del concurso voluntario, una situación que sólo se podrá detener si algún inversor solvente decide hacerse cargo de ella y de su deuda. Es decir, que vuelva a suceder lo mismo que ocurrió en su día con la ahora frustrada operación con la sociedad The Street Music. "La situación es de mucha incertidumbre. En principio, vamos a ir a liquidación si no aparece algún inversor este mismo mes de abril. Parece que hay uno interesado pero, de momento, no podemos avanzar nada", dice Joan Pérez. "Está todavía cogida con pinzas esta posible inversión. Realmente, el riesgo de cierre definitivo es muy alto", añade este empresario. La sala cerró sus puertas el pasado sábado, y partir de ahora, sólo abrirá los días en que haya un concierto. En este caso, el primero de ellos está previsto para el próximo 21 de abril: un tributo a Pink Floyd con la banda The Other Side. De hecho, según Pérez, en estos meses de gestión por parte de la sociedad The Street Music" sólo han cobrado los grupos musicales que han actuado en la sala porque hacíamos nosotros mismos el control de entradas y nos preocupábamos para que cobrasen", dice Pérez. Este empresario opina que Kike Torrijos confió en un capital para tirar adelante el proyecto que nunca le llegó. "Estaba esperando unos papeles y luego resulta…que nada de nada", comenta Joan Pérez.

Por su parte, Kike Torrijos, hasta hace unos días gestor de esta sala, aseguró a Diari de Terrassa que el cierre obedece a motivos económicos. "Es culpa de un aval que no ha llegado; el administrador no ha querido darme más tiempo". Torrijos asegura que hubiese conseguido ese aval "en unos cuanto días", lo que habría dado oxígeno financiero al negocio. Reconoce que el negocio le ha arruinado. "Me he quedado sin nada", dice. Durante el tiempo que ha estado al frente de la sala, afirma con rotundidad, que ha "pagado a proveedores y sueldos, exceptuando este último mes, que ya no me llegaba el dinero". Asimismo, este empresario muestra su "sorpresa" porque el administrador concursal abra las puertas a que entre otro inversor. "En principio, su intención era cerrar la sala pero si va a continuar, en ese tiempo yo hubiese conseguido el aval". Asegura que ha puesto toda la carne en el asador para sacar el negocio adelante pero que ha habido cuestiones que le han perjudicado, como que "se retrasará el inicio de la programación de conciertos". Añade que "he luchado mucho" por sacar adelante el negocio, lo que le ha comportado problemas "personales y familiares".

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