El pleno de la Cambra de Comerç i Indústria de Terrassa, encabezado por el presidente de la entidad, Marià Galí, mantuvo un encuentro con Josep Rull, conseller de Territori y Sostenibilitat de la Generalitat, para hablar de la situación actual y la proyección de futuro en el ámbito de las infraestructuras en Catalunya y la demarcación. El presidente de la cámara local trasladó a Rull la inquietud de los empresarios por la finalización programada de las concesiones de algunos de los peajes de Catalunya como: AP-7 Cambrils – Valencia; AP -7 Norte; la AP-2; la C-32 en el Maresme y la C-33 en el Vallès.
El conseller puso sobre la mesa un nuevo sistema de financiación que, según afirmó, es por lo que se apuesta desde la Generalitat: el sistema de pago por viñeta. El conseller sostiene que mantener una autopista o una autovía es “muy caro”, pero que existen otros modelos de gestión que permitirían tener unas carreteras de calidad.
Lo que propone Rull para Catalunya es el modelo que se conoce como “viñeta”, que ya funciona en países europeos como Suiza o Austria y que consiste en que paguen los vehículos que utilizan las carreteras y los que contaminan. “Sistemas como la ‘viñeta’ nos pueden ayudar a hacer un pago por uso equitativo para el conjunto del país y ambientalmente sostenible”, sostiene Rull, que define este modelo como “una especie de tarifa plana”.
El libre pago, descartado
Desde un inicio, Josep Rull desestimó la posibilidad del libre pago y lo hizo apuntando al déficit fiscal de mantenimiento de carreteras que tiene Catalunya, que actualmente se sitúa en los 600 millones de euros. En este sentido, y en la línea de la reflexión que expuso al inicio del encuentro el presidente de la Cambra, Josep Rull manifestó su preocupación en cuanto las inversiones de España en infraestructuras, las cuales se sitúan muy por debajo de la participación que tiene Catalunya en el PIB del Estado. Concretamente, la inversión en infraestructuras es actualmente de un 8% mientras que el PIB de Cataluña en el estado Español es del 18%. En el transcurso del encuentro, los miembros del pleno tuvieron la oportunidad de profundizar en el análisis de las perspectivas en infraestructuras tanto para Catalunya como para la demarcación de la cámara. El conseller hizo un repaso del estado de todos los proyectos de infraestructuras que actualmente la conselleria tiene sobre la mesa: la movilidad ferroviaria, el corredor mediterráneo, el cuarto cinturón, los peajes, la C-58 y el enlace AP-7 – A-2. Una de las inquietudes que también trasladó Marià Galí a Rull fue el corredor mediterráneo, proyecto que permitiría pasar a un sistema de transporte intermodal que abarataría el coste del transporte y a la vez descongestionaría las conexiones viarias. En este sentido, Josep Rull, habló de incumplimientos constantes y permanentes que imposibilitan el desarrollo del proyecto como el reciente desistimiento de la licitación del contrato del tercer carril
entre Castellbisbal y Tarragona por parte del Gobierno del Estado Español. En el ámbito de las carreteras que comunican la Demarcación de la Cambra de Terrassa, anunció también tres nuevas licitaciones que permitirán mejorar la circulación, concretamente, un tercero y un cuarto carril de trenzado en la C-58 hacia Barcelona, la construcción de dos carriles de trenzado en la rotonda de acceso al polígono de Sant Pau de Riusec (Sabadell) para enlazar con la B-30, y la incorporación de dos calzadas laterales tanto en Sabadell centro como la ronda este de Terrassa.
Nuevo paradigma
En cuanto el traslado de personas en los Ferrocarrils de la Generalitat, habló de un cambio de paradigma de acceso al transporte basado en la compra de la misma movilidad y no en el uso del vehículo privado. También expuso el proyecto de la T-Movilidad que supondrá un nuevo modelo tarifario que se sustentará en el kilometraje de los recorridos a raíz de la eliminación de las coronas y que, a la vez, se nutrirá de grandes bases de datos para gestionar el movimiento de las personas. En el ámbito de los FGC, el conseller anunció la compra de quince nuevos trenes que permitirán reducir la frecuencia de paso de 7 a 4 o 5 minutos.