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La Mina celebra su 175 aniversario en medio del debate del agua

La celebración del 175 aniversario de la fundación de Mina Aigües de Terrassa, que se celebró anoche en el Centre Cultural, se convirtió en un gran reconocimiento a la dilata trayectoria de esta empresa, y su decidido apoyo e implicación en el crecimiento de la ciudad, aunque no se dejó al margen mencionar y reafirmar, tanto por parte de Jordi Ballart, alcalde de Terrasa, como de Marià Galí, presidente de Mina, sus opuestos posicionamientos en el actual debate sobre el futuro del agua en la ciudad y la apuesta del Consistorio por remunicipalizar el servicio.

El acto, que presidió Josep Rull, conseller de Territori i Sostenibilitat, reunió a unas 300 personas. Poco antes de su inicio, en el exterior del Centre Cultural, se congregó un nutrido grupo de personas, convocadas por la CUP, para rechazar la presencia de Rull en esta conmemoración al considerar que con ello el conseller “hace el juego” a Mina” en su estrategia para mantener el servicio.

Seguir contribuyendo
La intervención de Marià Galí abrió el turno de parlamentos. El presidente de Mina, que agradeció especialmente la asistencia de Rull y Ballart, realizó una reflexión y exposición de los 175 años de historia de la actual concesionaria de aguas (ver información inferior). Asimismo, destacó que la empresa “tiene ganas de continuar contribuyendo al desarrollo del territorio porque está comprometida con su entorno, tal y como ha demostrado a lo largo de los 175 años de historia de la compañía, durante los cuales ha superado numerosas vicisitudes”. El presidente de Mina se mostró dispuesto a “seguir colaborando con las administraciones públicas, servir a los clientes y mejorar las prestaciones con nuevas propuestas”.

Asimismo, Marià Galí resaltó que “Mina, Aigües de Terrassa tiene ideas y conocimiento, capacidad técnica y disponibilidad financiera, para desarrollar propuestas concretas sobre la gestión del servicio, tanto en aspectos tecnológicos, como medioambientales, de sostenibilidad hídrica, del ciclo del agua o de responsabilidad social”.

Galí cerró sus palabras confirmando “la voluntad de la empresa de colaborar en iniciativas de participación ciudadana de toma de decisiones, a los efectos de posibilitar un cambio notorio y progresivo y un camino hacia la definición de un modelo de ciudad de futuro, en todas aquellas cuestiones vinculadas con la gestión del agua”. Para conseguirlo, no obstante, según Galí, es necesaria “una mayor y mejor empatía y generosidad entre todas las partes implicadas en este futuro”.

Por su parte, Jordi Ballart, que recordó que Mina es la empresa más antigua de España, dijo que desde que se fundó en 1842 la compañía ha realizado un “camino muy largo, muy sólido y digno de elogio”, una trayectoria que forma parte “inseparable de la historia de Terrassa” de los siglo XIX, XX y XXI. El alcalde no escatimó elogios para una empresa que ha generado “oportunidades de progreso” y ha contribuido “sin duda” al bienestar de las personas y las familias en sus 175 años de historia. “Nuestra ciudad no sería la misma sin Mina d’Aigües de Terrassa”. Durante estos casi dos siglos, los caminos de Mina, el Ayuntamiento y la ciudad de Terrassa se “han cruzado infinidad de veces” y en muy diferentes circunstancias, aunque lo que pudo ser válido en el siglo XIX o a mediados del XX “no forzosamente” tiene que serlo hoy en día. “Me refiero, por ejemplo, a la cultura del agua, de la calidad democrática y de los servicios públicos”. Así introdujo Ballart el contencioso que libran el Ayuntamiento y Mina en su discurso. Ballart defendió que, no sin contradicciones, vivimos tiempos en los que está tomando forma una nueva cultura de la “cosa pública”, centrada en el respeto al medio, la sostenibilidad, la transparencia y la honestidad de valores. Por ello, Ballart añadió que el Ayuntamiento siempre “defenderá con sensatez pero también con convicción democrática la plena soberanía municipal sobre el agua, sobre su gobierno y sobre su gestión”. Indicó que la administración municipal afronta este proceso con “rigor, transparencia, respeto, legalidad y justicia”.

Diálogo más fluido
“Podría haber sido un proceso más tranquilo, más sereno, con un diálogo más fluido. Pero tiene un valor que quisiera remarcar: ha sido, es y será un proceso público y transparente, en el que nada no se ha hecho ni se hará de espaldas a la ciudadanía ni al margen de la ley”, aseguró. Casi trescientas personas asistieron al acto, entre personal de la empresa, miembros del consejo de administración y ex consejeros, accionistas, miembros de gremios, cámaras, asociaciones y administraciones. Además de los parlamentos se pasó un vídeo conmemorativo que es un resumen de los principales acontecimientos de la empresa a lo largo de su historia. Mina quiso reconocer a los trabajadores que llevan más de 40 años en la empresa, con la entrega del escudo de oro y plata de la entidad.

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