El “stock” de naves industriales de calidad en Terrassa se podría agotar este mismo año, y de hecho, ya es prácticamente imposible localizar inmuebles en condiciones óptimas con medidas superiores a los 2.000 metros que cumplan con las expectativas de las empresas dispuestas a alquilarlas o comprar. Para que esta situación de colapso esté a punto de producirse se han combinado dos factores. Por un lado, la mayor actividad económica que ha reactivado este mercado a partir del año 2013, y por otro, el hecho que desde el inicio de la crisis ecconómica en 2008 no se ha impulsado en Terrassa ninguna nueva promoción.
Así lo asegura Pere Masachs, gerente de Naus Industrials Masachs, que controla más del 90% de las operaciones que se realizan en Terrassa. “Se habla mucho de traer nuevas empresas a Terrassa para luchar contra el desempleo, pero yo me pregunto: ¿Dónde las quieren instalar?”, dice Masachs.
Según un estudio realizado por Naus Industrials Masachs, en el año 2013 había 1.614 naves industriales en los catorce polígonos implantados en Terrassa. De ellas, 184 estaban desocupadas (11% del total) aunque el 15% no eran aptas al estar obsoletas. Si se actualiza este informe resulta que, en 2017, quedan sólo 82 naves vacías en las zonas industriales con el hándicap de que el 50% de ellas no reúnen las condiciones para ser alquiladas, comenta Masachs. “Quedan cuarenta naves nuevas y otras de baja calidad”, resume. Al año se vacían alrededor de 25 naves pero esto no cambia el panorama porque la “gran mayoría no están en buenas condiciones; precisamente, las empresas las dejan para trasladarse a una nave nueva”, dice este empresario inmobiliario.
Casi al ciento por ciento
En resumen: los polígonos terrassenses se encuentran al 95 por ciento de su capacidad de naves de calidad y la escasez en la oferta afecta a toda la tipología de producto: naves pequeñas, medianas y grandes. Si el ritmo en el cierre de operaciones se mantiene este año al mismo nivel que en 2016, el “stock” se agotará este mismo ejercicio y la oferta de producto que quedará será muy residual. La mayor demanda se centra en naves de entre cuatrocientos y quinientos metros.
Esta creciente escasez de naves ya está conllevando consecuencias. Por un lado, los precios suben, y por otro, hay demanda que ya no se puede atender, lo que está provocando que haya empresas que se trasladen fuera de Terrassa y otras que vean frustradas sus expectativas de implantarse en la ciudad. “Lo que está ocurriendo es que los precios se polarizan. La nave mala mantiene el precio, mientras que el producto de calidad se dispara. La diferencia puede llegar al 80%”, dice Pere Masachs. Por otro lado, añade, “hay bastante demanda no atendida”. Es el caso, añade, de compañías que desean ampliar instalaciones y no encuentran la nave adecuada y otras que han buscado en Terrassa un local industrial para instalarse y, dada la escasa oferta, finamente han optado por otras localidades. En este sentido, sin decir nombres, apunta algunos ejemplos: una em-
presa de elevadores de transporte que se ha marchado a Rubí. “Estaba en Can Parellada y quería ampliar sus instalaciones”, dice Masachs. También tiene previsto irse a esta vecina localidad una compañía de tintes y acabados y una conocida multinacional. Asimismo, menciona el caso de una compañía que finalmente se ha instalado en Viladecavalls, tras descartar Terrassa. “El futuro de las empresas de Terrassa pasa por Olesa y el Bages cuando esté acabado el IV Cinturó”. Asegura, asimismo, que “hay casos de empresas que se marcharon a producir fuera y ahora quieren volver pero no pueden por la falta de naves”.
El suelo, también
Esta escasez de oferta también se extiende al suelo industrial, un mercado que estuvo prácticamente parado por la crisis entre 2008 y 2012. “El poco suelo industrial que había se ha reducido en dos tercera partes desde el año 2013. También los precios están subiendo y esto va en contra de la competitividad de las empresa”.
Pere Masachs cree que se debería activar con urgencia nuevo suelo industrial en Terrassa y, en este particular, hace referencia a los polígonos de Els Bellots II y Can Guitart. “Cualquiera de estos dos polígonos es importante que se urbanicen lo antes posible”, dice este empresario egarense. En cualquier caso, asegura que “por rápido que se actúe ahora, ya vamos tarde”.