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La Faktoria d’Arts va a concurso con la voluntad de continuar con la actividad

El juzgado de lo mercantil número 4 de Terrassa declaró a principios de noviembre el concurso voluntario de la Faktoria d’Arts, la popular sala egarense de conciertos. La crisis económica general con la consiguiente caída del consumo y la subida del IVA cultural ha restado clientela al local, lo que se ha notado especialmente en los últimos tres meses, según explicó ayer a Diari de Terrassa Joan Pérez, propietario de la sala. Se ha recurrido al concurso voluntario ante la imposibilidad por parte de la sociedad gestora de hacer frente a un pasivo de 520 mil euros. En cualquier caso, el trámite se ha incoado con una "clara intención de continuar con la actividad", añade el empresario.

Se trata de una cantidad que la actual directiva no puede afrontar debido a problemas de liquidez, pero que no pone en entredicho el futuro del local de ocio. Los principales acreedores son Hacienda, la Seguridad Social, principalmente, y también proveedores. "Nos hemos quedado enganchados con las Administraciones. La idea es negociar con los acreedores", admite Joan Pérez. De hecho, la sala sigue con su programación habitual, que no se ha visto afectada por la situación concursal. Los proveedores continúan trabajando con Faktoria, lo que muestra esa voluntad de seguir adelante. "Tenemos programados conciertos hasta finales de marzo. A principios de ese mes vendrán Manel", añade este empresario.

Plan de viabilidad
Los administradores concursales han elaborado un plan de viabilidad que pasa por la venta de la Faktoria como una única unidad productiva. Según Joan Pérez, está operación podría concretarse en breve ya que existe un inversor interesado, cuya aportación económica, si finalmente se concreta, "liquidaría prácticamente toda la deuda". Este inversor, que pasaría a ser socio o propietario del negocio, se haría cargo "de la explotación de la discoteca, mientras nosotros nos quedaríamos con los conciertos, que consideramos el plato realmente fuerte". Pérez asegura que está opción, que aseguraría una financiación externa ahora tan necesaria, está madura y es la "más probable" que se materialice. Está convencido de que el concurso quedará "en un trámite motivado por una situación puntual de falta de liquidez":

Los administradores han puesto como condición (a los interesados en participar en la liquidación) garantizar la continuidad de los nueve empleados que actualmente posee la popular sala musical. Es el único requisito, ya que las condiciones económicas son mucho más asequibles que en otros concursos similares. "Seguimos toda la plantilla, es un asunto por el que no tenemos que sufrir", añade Joan Pérez. Este empresario comenta que el concurso viene motivado por la caída del negocio en los últimos meses. "Con la crisis se factura menos, y además, ahora los impuestos son más altos. La crisis todavía está ahí y las familias recortan en ocio y cultura antes que en otras cuestiones más básicas. Desde diciembre se ha producido una caída en la facturación, aunque ahora parece que la situación empieza a remontar". La sala mantiene su oferta para los próximos meses y está abierta en su horario habitual. Es más, los días de Navidad, con un programa de actividades específicas, suelen ser buenos para esta sala de conciertos. El concurso de acreedores no será un impedimento para contar con estos ingresos.

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