La firma terrassense de cosmética profesional Skeyndor prevé elevar su facturación un 12% al finalizar 2016, respecto al año anterior, gracias a su expansión internacional y a la consolidación de la empresa en el mercado español. El consejero delegado de la compañía, Jordi Morcillo, explicó ayer en Barcelona en un encuentro con los medios que la empresa, cuyos productos se distribuyen a 52 países, prevé desembarcar en Irlanda, Escandinavia, Bélgica y Luxemburgo el año que viene y alcanzar en el corto plazo un total de 75 países.
En este sentido, precisó que la entrada a los mercados japonés y estadounidense es otro de los grandes retos que se plantea Skeyndor, aunque apuntó que conseguirlos no ha sido posible hasta ahora debido a problemas con la regulación del mercado en Japón y a la fortaleza del euro en el caso de Estados Unidos, donde prevé aterrizar en 2018. La firma programa crecer durante los próximos cuatro años un 35% gracias a su plan de expansión internacional.
La empresa, que elabora sus productos en Terrassa y los distribuye entre más de 15.000 institutos de belleza, hoteles y “spas’, destina entre un 2 y un 5% de su facturación a la investigación y al desarrollo (I+D) de sus productos, el 40% de los cuales se vende fuera de España entre Canadá, los países de Oriente Medio y Europa, que copan la mayor parte de su actual mercado en el extranjero.
Compañía puntera
En España, la compañía dispone del 14% de la cuota de mercado y se sitúa en la segunda posición en este sector. La empresa gestiona su actividad comercial y financiera desde su sede central en Terrassa, donde cuenta con 6.700 metros cuadrados de superficie, que utiliza para producir unas 300 referencias, que engloban desde productos antiedad hasta líneas de fotoprotección solar, tanto para hombre como para mujer.
Skeyndor dispone de una plantilla de más de 90 empleados y 32 agentes de ventas nacionales, el 90% de los cuales son mujeres y entre los que figura un equipo de trabajo que colabora con el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), que se dedica a la cosmética científica y utiliza, entre otros, células madre para desarrollar nuevos productos. Skeyndor fue fundada en 1966, por lo que este año celebra su 50 aniversario, lo que hace en medio de una fuerte proyección de penetración en los mercados exteriores. La empresa posee unas modernas oficinas en Terrassa, y un departamento de investigación e innovación que produce artículos para más de cincuenta países y en quince idiomas, en los cinco continentes. “Paso a paso, nos hemos convertido en una marca líder de la cosmética profesional”, dicen fuentes de esta compañía terrassense.