Era necesario tener un “punto de partida para posicionarnos bien para el crecimiento industrial sabiendo que crisis, como la que acabamos de pasar, se soportan mejor si se tiene una buena industria”. Son palabras de Miquel Sàmper, teniente de alcalde del área de Desenvolupament Econòmic, Indústria i Ocupació del Ayuntamiento de Terrassa, ayer, en la Cambra de Comerç. Esta institución acogió el acto de presentación del Pla de Desenvolupament Industrial de Terrassa, que impulsa la Administración local. El objetivo de la sesión, que contó con la presencia de Núria Betriu, directora general de Indústria, fue dar a conocer al tejido empresarial y a los agentes socioeconómicos el contenido de este programa, que fue aprobado por el pleno municipal durante el pasado mes de junio. “Es un plan más que conveniente para una ciudad industrial como Terrassa, que necesita un nuevo impulso”, dijo Marià Galí, presidente de la Cambra,
Lluís Ràmis, socio fundador del Cluster Development, expuso los trazos más significativos del programa. “Queremos una ciudad cohesionada, con un marcado carácter industrial, competitiva, innovadora, universitaria y con una fuerte vocación emprendedora”, aseguró Ramis. El plan, que hace una radiografía de la situación de la industria terrassense, apuesta por trabajar por cadenas de valor de negocio, potenciar las empresas con producto propio, diferenciarse mediante las compañías tecnológicas, reflexionar conjuntamente sobre la disponibilidad de naves industriales y su uso, potenciar las cadenas de retail, la iniciativa pública y privada y atraer inversiones en colaboración con otros municipios. “Trabajar por cadenas de valor de negocio, y no por el volumen de las empresas o su ubicación en un mismo polígono, por ejemplo, no sólo favorece temas de formación o de estrategias conjuntas, sino también el hacer política de atracción de inversiones”, comentó Lluís Ràmis en su alocución.
El producto propio
Otras de las apuestas del plan, “una idea interesante para trabajar”, es potenciar las empresas con un producto propio. “Son empresas que se pueden diferenciar porque innovan, que arrastran a toda la cadena de valor de su sector, y contribuyen a perfilar su propia marca y la de la ciudad”. En Terrassa se han identificado 220 empresas con producto propio. El informe apunta que en la ciudad están implantadas 4.000 empresas, que generan una facturación conjunta de 5.500 millones de euros anuales. Mil de ellas son las responsables del 90% de esos ingresos. El sector que más facturación genera es el juego, y en ello, un factor decisivo es la presencia en Terrassa de la multinacional Cirsa. Ràmis abogó por estrechar la colaboración entre sectores consolidados como la salud, el textil, la alimentación o el químico, con empresas emergentes facilitadoras de tecnologías, como la fotónica, las TIC y la sostenibilidad y la eficiencia. “Un ejemplo de este mix (en este caso entre la salud y la alimentación) es apostar por los alimentos personalizados y sin grasas”, comentó.
Las infraestructuras
La ciudad presenta factores favorables, como la presencia de universidades, y en ello hay que imaginar fórmulas para conservar el talento, y proveedores de conocimiento, como el Leitat. También existen puntos negativos sobre todo centrados en las infraestructuras y la movilidad. “Se trata de combinar infraestructuras y estrategia industrial, en definitiva, hardware y software”. Ràmis habló de los polígonos y exhortó a hacer una reflexión sobre el uso de las naves vacías, que tienden a ser ocupadas por distribuidoras y no por industrias. Betriu aseguró que Catalunya se está convirtiendo en motor industrial del sur de Europa, y que el peso de este sector en el PIB catalán es del 20%, porcentaje al que aspira llegar la Unión Europea. “La industria ha recuperado el eje central y ya lidera la recuperación en los países avanzados pero también tiene que ser el modelo económico de valor y bienestar”, señaló.