La sede del Tribunal Laboral de Catalunya (TLC) en el Vallès Occidental, que desde el año 2000 estaba ubicada en el Consell Comarcal, en la antigua Mancomunitat, se ha trasladado a unas instalaciones más amplias y adecuadas para su función de conciliación, mediación y arbitraje emplazadas en el edificio de Foment de Terrassa, en la carretera de Montcada. Miquel Sàmper, teniente de alcalde de Desenvolupament Econòmic, Indústria i Ocupació, y Enric Vinaixa, director general de Relacions Laboral y presidente de la Fundació Privada del TLC, firmaron el convenio que permite la ubicación del TLC en Fomento. Al acto, asistieron representantes de todos los agentes sociales, entre patronales, sindicatos y administraciones que apostaron en su día por traer a la comarca el TLC y que han auspiciado este traslado.
Este tribunal, que es un órgano extrajudicial, puede resolver todo lo relacionado con la negociación colectiva aunque no tiene competencia sobre despidos y sanciones, que suponen el 70% de los conflictos, reclamaciones de cantidad y asuntos relacionados con el derecho a la libertad sindical. En el resto, como los conflictos colectivos, puede intervenir a partir de la voluntariedad de las partes. Y de hecho, los números lo avalan.
Desde el año 2000, en su sede en el Consell Comarcal, intervino en 839 procedimientos, que afectaron a 877 empresas y a 93.442 trabajadores. Y este balance deja un dato que es muy revelador; en el 62,2% de los casos se acabó con acuerdo entre los trabajadores y los empresarios. En su intervención, Sàmper recordó que Terrassa pasa a formar parte de las ciudades (todas capitales de provincia en Catalunya) que tienen sede del TLC y exhortó a todos los agentes presentes, haciendo especial hincapié en el colectivo de abogados, a divulgar su existencia y funciones como una alternativa “más rápida y de respuesta garantizada” en la resolución de conflictos. Y paralelamente así descargar a la jurisdicción ordinaria. Agradeció especialmente a Enrique Rodríguez (CCOO); David Garrofè (Cecot), Manel Pérez (fundación privada TLC`) y María Dolores Megías (Foment de Terrassa) su implicación en este proyecto. “Esto es concertación social. Cuando los agentes sociales, más allá de las ideologías, se ponen de acuerdo y hacen cosas”, dijo.
De manera más próxima
Por su parte, Enric Vinaixa, director general de Relacions Laborals, remarcó que la Generalitat ha decidido potenciar la mediación, concertación y el arbitraje “no como una alternativa a la justicia, sino como una herramienta más” en el marco laboral. Y dio las gracias a Terrassa por haber facilitado que el TLC, que “genera una actividad de primer orden”, se haya alojado en Foment, lo que permitirá resolver de manera más “próxima” los conflictos. Posteriormente, intervinieron los representantes sindicales y patronales. José Cachinero, secretario general de acción sindical y política sectorial de CCOO en Catalunya, que agredió a Sàmper su “determinante” implicación en el proyecto, remarcó que el TLC supone un “modelo de relaciones laborales que supera la judicialización del conflicto laboral porque no es lo mismo ganar un juicio que llegar a un acuerdo”.
Para Cachinero, este instrumento será muy “útil”, ya que se lo creen “empresarios y trabajadores”, y puede ser crucial para el “desbloqueo de la negociación colectiva”. César Sánchez, secretario general de Fepime, destacó la “importancia de la territorialización del TLC llegando al ámbito municipal, con lo que se acerca a la realidad del tejido económico”. Javier Ibars, de Foment del Treball Nacional, puso énfasis en que el 90% de los convenios colectivos “tiene cláusula de sometimiento al TLC”, un organismo que “crea paz social, lo que es un intangible importante”, mientras que Elena de la Campa (Pimec) resaltó que hay que dar a conocer las “bondades de la mediación”. Por último, Núria Gilgado, de UGT, dijo que el TLC es una “herramienta esencial para nuestra actividad sindical” y para “resolver conflictos de manera ágil y efectiva”.