El Banco Portugués de Inversión (BPI) anunció ayer un acuerdo entre el español Caixabank y la sociedad Santoro, de la empresaria angoleña Isabel dos Santos, con el que la entidad lusa evita ser penalizada por Bruselas. Las negociaciones concluyeron "con éxito", señala el BPI en un comunicado enviado a la Comisión del Mercado de Valores Mobiliarios (CMVM) lusa, poco antes de que, a medianoche de este domingo, concluyese el plazo límite fijado para que el BPI vendiese su negocio en Angola por el riesgo de su exposición en ese mercado.
La solución consensuada por las partes, de la que no se dan detalles en la nota, ya ha sido comunicada al Banco Central Europeo (BCE) y al Banco de Portugal" y, una vez que sea adoptada por los órganos competentes "en los próximos días", será comunicada al mercado.
El banco luso necesita desprenderse de su participación del 50,01% en el Banco de Fomento de Angola (BFA) por exigencia de las autoridades comunitarias, que no consideran que el sistema de supervisión bancaria del país africano sea equivalente al europeo.
Los dos principales accionistas del BPI, el español Caixabank -con el 44,1% del capital- y la sociedad Santoro de la empresaria angoleña Isabel Dos Santos -con el 18,6%- protagonizaron las últimas semanas intensas negociaciones para alcanzar una solución.
Soluciones
La solución que se baraja consiste en que la empresaria -hija del presidente de Angola y considerada la mujer más rica de África- compre la participación que el BPI mantiene en el angoleño BFA. A cambio de ello, Dos Santos saldría del accionariado del BPI y vendería su posición al Caixabank, lo que permitiría a la firma catalana hacerse con el control del banco. Otra de las opciones que se contemplan pasa por que el Ejecutivo apruebe una norma que permita modificar los límites en los derechos de voto en las empresas cotizadas, lo que resultaría en un escenario en el que, previsiblemente, la asamblea de accionistas del BPI daría luz verde a la escisión del BFA.