El Banco Santander planea reducir su plantilla en España en torno a un cinco por ciento, lo que equivaldría a un máximo de 1.200 personas, la mitad vía prejubilaciones y la otra mitad mediante bajas incentivadas, según fuentes sindicales. La red de sucursales sería la principal afectada con un recorte de 900 empleos, mientras que los 300 restantes se producirían en los servicios centrales del banco, inmerso en una reestructuración con la que prevé cerrar unas 450 oficinas en España.
En una reunión de la dirección del banco con los representantes de los trabajadores, Santander España ha planteado ofrecer a quienes se acojan a las prejubilaciones el 70% de su salario, en tanto que los que opten por una baja incentivada recibirían 45 días por año trabajado con un tope de dos anualidades.
Para los sindicatos, la reducción de plantilla propuesta es excesiva, pues veían más "razonable" una cifra de unos 900 empleos teniendo en cuenta las oficinas que quieren cerrar y la infradotación de algunas otras.
Además, critican que la entidad ofrezca las prejubilaciones sólo a unos 600 trabajadores y con unas condiciones peores que hace unos años, cuando tras la absorción de Banesto por parte del Santander, abandonaron el grupo con el 80% del sueldo.
También lamentan que Santander España aspire a acometer el resto del ajuste laboral mediante bajas incentivadas, cuando se trata de un grupo con grandes beneficios para ofrecer mejores condiciones.
En cualquier caso, la dirección del banco y los representantes de los trabajadores han acordado seguir negociando en los próximos días.
El pasado 31 de marzo, el Santander comunicó a los sindicatos el cierre "inminente" de 450 oficinas -lo que supone el 13% de su red de sucursales en España-, así como su intención de remodelar otras 350 cada año para transformarlas en "oficinas del futuro", hasta alcanzar el millar en 2018.
El cierre de sucursales afectaría principalmente a las de menor tamaño, aquellas que tienen entre uno y tres empleados, para conseguir tener otras más grandes, con más recursos humanos y técnicos, más rentables y que permitan al grupo seguir estando presente en todo el territorio español, según fuentes próximas a las negociaciones.
Reacciones
UGT considera que el Santander está "aprovechando la situación favorable que facilita la actual legislación laboral para acometer un proceso de destrucción de empleo", algo que intentarán minimizar "en la medida de lo posible" como primera condición.
El sindicato criticó que la entidad tome esta decisión, y recordó que el año pasado el sueldo de 1.246 directivos alcanzó casi los 700 millones de euros, mientras que la totalidad de la plantilla percibió 971 millones de euros.