"Ha sido un congreso extraordinario en muchos sentidos", dice Josep Santcristòfol, líder de UGT en el Vallès Occidental, sobre el congreso confederal que eligió al catalán Josep Maria Álvarez como nuevo secretario general del sindicato en España. "Ha sido extraordinario porque finalizaron más de veinte años de liderazgo de Cándido Méndez y también por el debate profundo que se ha llevado a cabo sobre las propias estructuras de UGT y sobre los cambios necesarios para conseguir que se nos valore más como sindicatos y sindicalistas". Y asimismo extraordinario por el momento económico en que se ha celebrado y que está marcado "por una situación de crisis y sufrimiento de las clases trabajadoras".
Santcristòfol añade que el hecho de que Álvarez haya sido durante más de veinte años secretario general de UGT en Catalunya (el próximo abril Terrassa acogerá el congreso que debe elegir a su sustituto) es una "ventaja porque conoce muy bien la organización en Catalunya y podrá analizar con mucho criterio las cosas que podamos necesitar". Para el sindicalista vallesano, la clave de la elección de Álvarez (con un escaso margen de 17 votos sobre el candidato oficialista Miguel Ángel Cilleros) radicó, precisamente, "en los deseos de cambio que quería una mayoría de delegados en la manera de hacer, una mayoría que quería realizar una sacudida en la organización". Una de las propuestas del nuevo secretario general pasa por "adelgazar la estructura del sindicato por la parte de arriba y ensancharla por abajo para que los recursos vayan más a las bases del sindicato".
Reforma de las estructuras
La elección de Álvarez, y por tanto, el apoyo a sus tesis, conllevará una reforma de la propia estructura de la UGT que se acabará asentando en tres únicas federaciones: Industria, Servicios Públicos; y Servicios Privados, que integrarán a los diferentes sectores de la economía. "Se busca ganar agilidad en la estructura, pero sobre todo se persigue que aquélla esté más próxima a los afiliados y a los trabajadores", comenta Santcristòfol.
Del congreso que finalizó el pasado sábado en Madrid, Josep Santcristòfol también destaca la "radicalización política" del propio sindicato. "En el congreso se aprobó una resolución por aclamación en la que se instaba a que se forme un gobierno nítidamente de izquierdas, que derogue la reforma laboral y la Ley Mordaza. Y se tiene claro que un gobierno que no comparta esto último no es un gobierno de izquierdas. Esto despeja muchas dudas y deja atrás el lenguaje más ambiguo que había mostrado el propio Cándido Méndez".
