Las clínicas de la cadena Vitaldent, que en Terrassa incluye dos en régimen de franquicia, funcionaron ayer con normalidad, con excepción de los problema derivados de la caída generalizada de su red de informática. La Policía Nacional detuvo ayer a más de una decena de personas en una operación en la Comunidad de Madrid por supuestos delitos económicos relacionados con clínicas dentales de Vitaldent, entre ellos el presidente de Vitaldent, el empresario uruguayo Ernesto Colman, por supuesto delito fiscal. Desde las oficinas centrales de Vitaldent, en la localidad madrileña de Las Rozas, aseguraron a Efe que las clínicas están abiertas y funcionando "relativamente" con normalidad y que desde primera hora de la mañana de ayer se estaban recibiendo numerosas llamadas telefónicas para requerir información.
En Terrassa hay implantadas dos franquicias de Vitaldent, una en la avenida del Abad Marcet y otra en la Font Vella. Fuentes de la franquicia de la avenida del Abat Marcet explicaron ayer a Diari de Terrassa que "estamos funcionando con normalidad, ateniendo a los pacientes programados". Para estas fuentes el de ayer fue un "día más" al margen de los problemas informáticos. "De momento, si no podemos dar hora, lo hacemos manualmente. Nos han dicho que se resolverá pronto". Esta fuente reconoció que ha sido "una sorpresa desagradable" la detención del presidente de la cadena y reconoció que la noticia había "inquietado" a los clientes. "Hoy (por ayer) es un día de muchas noticias y eso afecta. Cuando pasen quince días, y los usuarios vean que todo funciona con normalidad, esa desconfianza que se puede haber generado desaparecerá".
Hasta ayer se habían producido al menos 13 detenciones, entre ellas, la del propietario de la marca, Ernesto Colman, y el responsable de su actividad en Italia, según fuentes de la investigación.
Un avión y 36 coches de lujo
En la sede de Vitaldent de la calle de Albalá, en el distrito de San Blas, en Madrid, los agentes incautaron de un avión valorado en un millón de euros y 36 vehículos de lujo en la que han dado en llamar Operación Topolino contra la cúpula de la empresa por fraude económico a la Hacienda Pública.
Según fuentes de la investigación, el dueño de las clínicas, Ernesto Colman, blanqueaba en Suiza y Luxemburgo las ganancias por los tratamientos que los pacientes pagaban mensualmente en efectivo, por medio de una caja b. Él mismo exigía posteriormente grandes pagos a los responsables de las franquicias. Según las mismas fuentes, el dinero retornaba a España y era reinvertido en propiedades, algunas de las cuales ya han sido incautadas. Se calcula que el fraude asciende a millones.
Con el temor de que ocurra lo mismo que con el cierre de las clínicas Funnydent que afectó a decenas de clientes, muchos de ellos con tratamientos pagados valorados en 12.000 euros, Vitaldent se apresuró ayer a enviar un comunicado interno a todas sus clínicas con el objetivo de calmar no solo a los clientes sino a los trabajadores. "Sí, hemos recibido algo pero no puedo decir nada", es la tónica al ser preguntados si la empresa se ha puesto en contacto con las clínicas. De hecho, algunas de ellas ya han recibido llamadas de clientes preocupados nada más saltar la noticia. "Todo está en calma. Tenemos la agenda llena", apunta la secretaria de otro de los más de 350 centros que Vitaldent tiene repartidos por toda España.