La licitación de obra pública en Catalunya ha caído un 34 % en 2015, factor que rompe la incipiente recuperación que había vivido el sector de la construcción en los dos años anteriores y las expectativas de consolidación del mismo. En la presentación de los datos de licitación de 2015, el presidente de la Cambra Oficial de Contractistes d’Obres de Catalunya (CCOC), Joaquim Llansó, aseguró que este descenso representa un “duro golpe” para el sector, y añadió que la falta de inversión pública pone en riesgo la continuidad de las empresas constructoras y miles de puestos de trabajo.
Aseguró que esta bajada se explica, básicamente, por dos motivos: por un lado, el “injusto” reparto de los límites del déficit presupuestario, que mantiene un “desproporcionado” déficit fiscal y, por el otro, “cierto desinterés” del Gobierno central por invertir en Catalunya.
Llansó apuntó que la “tímida recuperación del sector inmobiliario no compensa la caída de la inversión pública en Catalunya”, que es inferior a la media española y europea.
Un 1,6% del PIB
De hecho, la inversión pública en las infraestructuras de Catalunya representa el 1,6% del PIB, mientras que en España es del 2,1% y en la Eurozona del 2,7%, una realidad que “afecta a la competitividad de las compañías catalanas y la calidad de vida de los ciudadanos”. A su juicio, para que el sector sea sostenible la licitación mínima regular de todas las administraciones debería ser de 4.500 millones anuales, el equivalente aproximadamente al 2% del PIB de Cataluña.
El presidente de la CCOC lamentó también que tras ocho años de crisis dentro del sector los datos negativos de este último año han provocado que varias compañías hayan entrado en concurso de acreedores en 2015 o desaparecido.
Asimismo, reivindicó que la construcción es de los sectores que más empleo genera, con catorce puestos de trabajo por millón de euros invertidos, y aseveró que crea trabajo para técnicos de alto nivel y personal altamente cualificado para su oficio, pero con escasa formación, motivo por el que su inserción laboral es muy difícil.
Debido a la actual coyuntura económica, el presidente de la CCOC indicó que “lo más fácil” para los recortes de los políticos es atrasar el inicio de las obras en las distintas infraestructuras, algo que ven como prescindible.
Modelo francés
En este sentido, Llansó puso como ejemplo que seguir el modelo francés, donde a nivel político el cargo de director general en las distintas áreas se mantiene a pesar de los cambios de gobierno, por lo que la maquinaria de la Administración sigue trabajando igualmente, sin que se paren las obras que están en curso y con previsiones claras.
Para acabar, relató que el alto endeudamiento de las administraciones, así como la coyuntura económica nacional e internacional de desaceleración del crecimiento, “no hacen prever que este año cambie la tendencia en la licitación de obras públicas”.
Así, Llansó apuntó que este 2016 será aún un año “de transición” hacia la recuperación de una actividad sostenible para las necesidades de la economía catalana, que esperan que se produzca en 2017.