El peso del sector industrial en la economía catalana continúa siendo determinante. A pesar de que existe la opinión de que la crisis ha debilitado el músculo industrial, un estudio titulado "La Nova Industria", elaborado por la directora de Anàlisi Econòmica de la Cambra de Barcelona, Carme Poveda, detalla que la mitad de la economía catalana depende del sector industrial. El documento concluye que, en Catalunya, no se ha producido una desindustrialización con la intensidad que se pensaba, sino que el sector de servicios a la industria ha tenido un extraordinario crecimiento y ha asumido tareas que antes realizaba directamente el sector industrial.
El estudio presentado ayer también pone de manifiesto que se está produciendo una reorientación en la elección de los proveedores industriales de mayor valor añadido hacia los que están ubicados en Catalunya. Así, el mercado catalán gana mucho peso como proveedor en la industria (pasa del 43% al 51%), mientras que el mercado extranjero pierde protagonismo (del 40% al 32%). Por su parte, las compras al resto de España prácticamente mantienen su peso constante, en torno al 17% -18%.
El informe se ha elaborado a partir de las tablas "input-output" de Catalunyaa realizadas para los años 1987, 2001, 2005 y 2011. Las tablas "input-output" estudian la economía desde dos puntos de vista que se interrelacionan. Por un lado, desde la óptica de los recursos que tiene una economía, en este caso la catalana: la producción interior y las importaciones. Y por el otro, desde la óptica de los usos o destinos de la producción: las ventas intermedias a otros sectores de actividad y la demanda final, que puede ser interior (consumo interno e inversión) o exterior (exportaciones).
La "nueva industria"
Además de la autora, lógicamente, en la presentación del documento también participó el conseller de Empresa i Ocupació, Felip Puig; el secretario general de Empresa i Ocupació, Xavier Gibert así como el secretario de Empresa i Competitivitat, Pere Torres. El concepto "nueva industria" contempla la importancia real de la industria en la economía catalana, teniendo en cuenta no sólo las actividades productivas de transformación sino también los servicios que hacen posible esta producción, como son los tecnológicos, los financieros, el comercio o el transporte, entre otros.
Siguiendo este concepto, se observa que el peso de la nueva industria representa más del 50% del Valor Añadido Bruto (VAB) de la economía catalana en 2011, mientras que, si no se tienen en cuenta, el peso de la industria tradicional ya supera el 20%, objetivo que la UE se ha marcado para el 2020.