La banca española relajó en el segundo trimestre de este año los criterios que utiliza para la concesión de créditos a hogares para consumo y otros fines por primera vez desde el primer trimestre de 2014, debido a la mayor competencia en el sector y a las mejores expectativas sobre la economía. Esta relajación de las condiciones, que fue algo menor en la zona del euro, se notó en que los márgenes aplicados a los préstamos se estrecharon.