El Barcelonès, cuya capital es Barcelona, continúa siendo la comarca catalana más competitiva, pero pierde fuelle, ya que en 2014 sus ventajas competitivas fueron menores que en años anteriores. El Vallès Occidental se mantiene en segunda posición, un año más, gracias a sus buenas condiciones para competir en el mercado global de bienes y servicios intensivos en conocimiento y tecnología. Así lo revela la última edición del índice de competitividad territorial de la Associació d´Empresaris del Garraf, el Alt Penedès y el Baix Penedès (Adepg). El Vallès Oriental se sitúa en noveno lugar.
El Vallès Occidental presenta importantes similitudes con el Barcelonès y, en este sentido, obtiene un buen registro en casi todas cuestiones analizadas. Los factores en los que más destaca son en el apartado de las condiciones de la demanda, ya que es la segunda comarca de Catalunya en volumen de mercado y actividad y la tercera con una demanda más sofisticada. En los factores de producción, lo más destacable es el importante desarrollo de servicios de apoyo a la actividad empresarial, ámbito en el que ocupa la tercera posición.
Lejos de puerto y aeropuerto
En el acceso a los mercados, el Vallès Occidental ocupa la quinta posición a pesar de que recoge una buena valoración en la mayoría de indicadores: la lejanía a las principales infraestructuras logísticas es la causa (puertos, aeropuertos y estaciones de AVE). En el capítulo medioambiental, obtiene una puntuación baja (puesto número veinticinco) que se explica principalmente por el elevado impacto que tiene la actividad industrial en el territorio. Mientras que la elevada incidencia del paro, a pesar de las elevadas oportunidades laborales que se generan en el territorio, es el principal problema en cuanto al discreto índice de sostenibilidad social que obtiene la comarca (ocupa la posición número trece). Este estudio, presentado ayer, mide la competitividad de cada una de las comarcas catalanas con una puntuación de 0 a 100, y el Barcelonès obtiene 60,5 puntos en 2014, seis puntos menos que en 2012 y 1,2 puntos menos que en 2013, mientras que el segundo lugar lo ocupa de nuevo el Vallès Occidental (46,1 puntos) y el tercero el Segrià (44,5), que pasa de la quinta posición de 2013 a la tercera posición en 2014. La cuarta comarca en cuanto a competitividad es el Tarragonès (44,3 puntos), que ya obtuvo ese lugar en 2013, mientras que la quinta es el Baix Llobregat, una comarca que desde 2009 a 2013 siempre figuró entres las tres primeras y que este año ha caído hasta la quinta (43,8 puntos) por la mejor evolución del Segrià. Esta puntuación global se elabora a partir de la nota obtenida por cada comarca en 10 factores de competitividad analizados: la sostenibilidad social, la medioambiental, la cualificación de sus recursos humanos, las infraestructuras, la disponibilidad de suelo para la actividad económica, la disponibilidad de polos de desarrollo e infraestructuras, el acceso a clientes y proveedores, la innovación, el volumen de mercado y el dinamismo empresarial.
A la baja
El Barcelonès obtiene la mejor nota en siete de los diez ámbitos, pero pierde ocho posiciones en dinamismo empresarial respecto a 2013 y también obtiene notas discretas en cuanto a la disponibilidad de suelo y espacio para la actividad económica y en el criterio de sostenibilidad medioambiental. En materia de sostenibilidad medioambiental, la primera comarca en la clasificación es Osona, mientras que en dinamismo empresarial y en disponibilidad de suelo para la actividad económica las primeras comarcas son, respectivamente, la Alta Ribagorça y el Segrià.
El presidente de la patronal Adepg, Jordi Solé, aseguró que el Barcelonès “no ha perdido competitividad”, sino que otras comarcas han evolucionado mejor que ésta en varios criterios y esto ha hecho que perdiera posiciones en algunos ámbitos, pero recordó que la comarca que aglutina a las principales ciudades catalanas sigue liderando la clasificación con “mucha diferencia”.
El autor del estudio apuntó que el Barcelonès ha creado empleo y ha recuperado tejido empresarial en 2014, pero “su dinámica no ha sido tan positiva como en otras comarcas”. Por otra parte, el índice resalta la buena evolución en los últimos años del Segrià, la comarca en la que está ubicada Lleida, gracias a factores como la disponibilidad de suelo para actividades económicas, a la cualificación de sus trabajadores y a los servicios de apoyo a la actividad productiva.
