El Institut Industrial de Terrassa lidera un proyecto de investigación para desarrollar tejidos capaces de proporcionar protección contra garrapatas y chinches, antrópodos de importancia médica y veterinaria en todo el mundo. Se trata del proyecto Betitex, cofinanciado con fondos del séptimo Programa Marco de la Unión Europea y con un presupuesto de 1.560.604 euros. El material que se obtenga servirá para el hogar o locales públicos en el caso de los chinches y para tejidos de protección personal, por ejemplo para los ejércitos, en el de las garrapatas.
El Institut Industrial de Terrassa lidera un consorcio de 11 partners: tres asociaciones textiles (Ateval, de España, Clutex, de la República Checa y Texclubtec, de Italia), tres centros tecnológicos (Inotex, de la República Checa, Tecnalia, del País Vasco y Leitat de Terrassa) y tres empresas ( Gem’innov, de Francia, Nilka, de Turquía, Silk&Progress, de la República Checa; y la Industria Algodonera, de España). Todos ellos desarrollarán las diversas fases del proyecto, que tiene una duración de tres años. El consorcio del proyecto Betitex se ha reunido con el Project Officer de la Research Executive Agency (REA) de la Comisión Europea para revisar el desarrollo del proyecto. Los miembros de esta comisión también mantuvieron un encuentro interno en la oficina de Acc1ó en Bruselas. “Durante el encuentro, los socios del proyecto discutimos los resultados obtenidos hasta la fecha y la planificación de las tareas a desarrollar durante los próximos seis meses”, dicen fuentes del Institut Industrial de Terrassa.
Avances en los distintos grupos
Los diversos grupos de trabajo están avanzando, añade este gremio local. Así, en abril de 2014 finalizó la selección de biocidas y los materiales textiles a utilizar durante las tareas de investigación y desarrollo. En enero de este año, concluyó, asimismo, un estudio sobre las diferentes metodologías para aplicar los biocidas en los materiales textiles. “Ahora, se está elaborando un estudio y la definición de la metodología para ensayar los tejidos con efecto antichinches y antipaparras. También se está tratando y ensayando la capacidad de los materiales textiles para proporcionar el efecto repelente o insecticida”, añaden esas fuentes. Una vez superadas las fases de investigación, el proyecto contempla una fase de industrialización donde el papel protagonista lo tendrán las empresas. El material textil permitirá sustituir los insecticidas que se utilizan habitualmente y que se aplican algunos sobre la piel y otros sobre la ropa y que en muchos casos no cumplen la directiva europea de biocidas.