Tras doce años como alcaldesa de Matadepera -tres mandatos, entre 2007 y 2019- gobernando con mayoría absoluta, primero bajo las siglas de CiU y luego del PDeCAT (Junts per Matadepera), Mireia Solsona decidió no presentarse a las últimas elecciones municipales y ceder el testigo a Nil López, que ahora se ha hecho con la vara de mando revalidando por cuarta legislatura consecutiva la mayoría absoluta de la formación.
Solsona, que deja el listón muy alto, confiesa que “me ha hecho muy feliz poder ejercer de alcaldesa”. “Feliz -continúa- por la confianza y el cariño que me ha dado la gente y por la oportunidad que me ha ofrecido el cargo de conocer personas que de otro modo no hubiese conocido”.
La exalcaldesa también tiene palabras de agradecimiento para el equipo “tanto técnico como político” que la ha acompañado en esta travesía, a la que decidió poner punto y final tras una decisión “muy meditada” para dedicarse “más a fondo” a su trayectoria profesional y destinar “más tiempo a la familia”, sin cuya “complicidad” no habría podido desarrollar un cargo que “absorbe mucho”, subraya.
La exprimera edil explica que se desvincula de la política activa, aunque “seguiré en segunda línea”, matiza, y que ahora se dedicará a tiempo completo a dar clases en la Facultad de Derecho de la Universitat de Barcelona (UB), donde ya ejercía pero a tiempo parcial. “Se trata de cambiar el chip y en eso estoy”, apunta.
barracones
Sobre los doce años que ha estado al frente de la alcaldía, desvela que “entré con el ideal de mejorar el pueblo y éste ha mejorado”. “Lo que siempre he querido como alcaldesa -prosigue- es que la gente se sienta orgullosa y feliz de vivir en Matadepera”.
En torno a las actuaciones llevadas a cabo bajo sus tres mandatos, resalta algunas -consciente de que muchas se quedan en el tintero-, como la creación del edificio de la Escola Municipal de Música, que puso fin a los barracones donde empezaron los alumnos; el traslado del antiguo campo municipal de fútbol a la nueva zona deportiva; la construcción del campo de hockey municipal; la puesta en marcha del CAP; la adecuación de la plaza del Ayuntamiento; la supresión de barreras arquitectónicas; la conexión de las dos partes del municipio separadas por la riera a través de un ascensor y unas escaleras; el reciclaje, ámbito en el que la localidad es puntera, o la continuas mejoras del espacio urbano (alcantarillado, aceras, asfaltado, mobiliario…).
También resalta haber podido celebrar como alcaldesa el milenario del municipio o promover el gran proyecto del voluntariado, que más de una década después sigue muy vivo. “Y también hemos estado al lado de las entidades, sin las cuales Matadepera no sería lo que es”.
A la pregunta de qué consejos daría al nuevo alcalde, Solsona contesta que “el mismo que me dieron a mi: “Escucha mucho y habla poco”. Y añade: “Hay que gobernar para el pueblo y con el pueblo y respetando siempre a la oposición”.