El renombre de Gastro &Art, la feria gastronómica y de artesanía aumenta cada año, y la prueba son los 1.019 kilómetros -doce horas de coche- que Almudena Díaz se hizo desde Castroverde (Lugo), donde elabora sus productos caseros de pastelería, para venderlos en la Rambla de Francesc Macià. Y por primera vez. "Me la habían recomendado, y de momento me está yendo muy bien. Y la organización, perfecta." También por primera vez se arriesgaron a un viaje de muchos kilómetros, desde Casar de Cáceres, los de Productos Elbici, que exhibían embutidos, quesos y vino, "todo ecológico y de Extremadura. Tenemos cinco mil cabezas de ganado, entre cabras y ovejas", nos contó Francisco Morejón.
Desde Getaria (País Vasco) vino el pasado año Fernando Cantuella, y volvió en éste a traer xacolí de su población, queso Idiazabal, sidra de Herran y otros productos. "Trabajo para un pastor, y esta feria nos funciona muy bien. La gente está interesada en estos productos."
También era el segundo año de Embotits de Gurg, "y los visitantes se acuerdan del puesto, que está en la misma ubicación. La valoración es muy positiva", nos dijo su encargado, que no paraba de vender fuets ecológicos a tres euros.
El sábado y el domingo, la rambla de Sant Pere Nord fue una larga sucesión de puestos en su mayor parte de embutidos, quesos, las empanadas y pastelería, pero también de hierbas, piedras ambientadoras, pizzas y otros productos.
Cabras de cuatro y seis cuernos
Y al final, casi en el cruce con la calle de Provenza,como en las cuatro ediciones anteriores, la "Granja mòbil" que se trae desde Alacant Juan Antonio Garcia, este año con dos espacios, y con más y más espectaculares especies animales. Bajo una carpa en el centro de la Rambla, nos mostró una llama del perú, un burro africano enano, un macho de cabra autóctona de Afganistán, y "las estrellas", cabras de montaña de cuatro y seis cuernos.
Y en el gran gallinero, una gallina Ayam Cemani, completamente negro, "muy raro y carísimo"; una hembra pura de guayantote -criada por los indios norteamericanos del mismo nombre-, barbudas de Amberes gigantes y enanas, moñudas, patos corredores indios "que caminan verticales como los pingüinos". "He traído más variedades que los otros años, para que la gente las conozca", nos dijo García, que a sus 66 años sigue hace exposiciones por toda España y Portugal.
La feria también contó con actuaciones de cultura popular, como la de Bastoners de Terrassa. Entre otros puntos, bailaron ante el puesto de Diables de Sant Pere Nord, que vendían castañas a dos euros para costearse de nuevas capas.