La Rambla de Franscesc Macià y la plaza del Primer de Maig lucieron espléndidas y bulliciosas este fin de semana, a pesar de la lluvia que durante el arranque de la feria Gastro&Art amenazó con deslucir el certamen. Pero el cielo se comportó y el barrio se volcó un año más, y ya van cinco, con esta popular muestra de objetos artesanos y productos gastronómicos de calidad.
Fiel a su cita otoñal, el barrio de Sant Pere Nord vivió este fin de semana dos jornadas multitudinarias. El intenso trabajo que ha realizado estos años, y sigue realizando, la Associació de Comerciants Eix Terrassa Nord ha dado sus frutos. Los paradistas, a los que en la primera edición costó convencer para que mostraran sus creaciones, hoy no quieren perderse la feria egarense. Todos los que confiaron aquel 2012 en las posibilidades de esta muestra, han vuelto a repetir, explica Montserrat Oviedo, dinamizadora de la asociación de comerciantes. Y a ellos se han sumado muchos más. Hasta un centenar en esta ocasión. Antes, había que ir a buscarles a las ferias de otros pueblos. Hoy son los paradistas los que buscan venir a Sant Pere Nord.
Más allá de Terrassa
El público también sigue respondiendo a la muestra, que combina puestos de artesanía (lámparas de cristal, cuero, carteles de madera, cerámica, joyas, etc) y paradas para realizar exquisitas degustaciones (queso, embutidos, frutos secos o dulces, entre otras muchas opciones). El éxito fue tal que el domingo a mediodía, el puesto que vendía exclusivamente tomates se quedó sin género. Pero es que, ¡vaya tomates!. Ejemplares de hasta 750 gramos pudieron adquirir los que se acercaron a la feria, que no son sólo vecinos del barrio. Egarenses de otras muchas zonas de Terrassa pasearon también por la rambla de Francesc Macià, y vecinos de otras localidades próximas como Sabadell o Rubí.
Casi todas las actividades pudieron desarrollarse con normalidad. La lluvia del sábado por la mañana obligó a retrasar el pasacalles y a posponer al domingo la actuación de Bastoners. También se decidió montar el encuentro de “puntaires”, que reunió a 160 encajeras, en el interior del centro cívico. El resto de la programación se mantuvo inalterable.