Los llamados textiles inteligentes, como muchos productos e innovaciones, deben su rápido desarrollo a la industria aeroespacial y militar, que llevan décadas invirtiendo en la búsqueda de soluciones para hacer frente a diversos problemas. Previamente, los textiles de uso técnico supusieron un importante salto cualitativo. Los tejidos no servían únicamente para vestir a las personas, sino que proporcionaban otros variados usos. En buena medida se pueden considerar los verdaderos precursores de los textiles inteligentes. Algunos conocidos textiles de uso técnico con los que ya estamos muy familiarizados son las microfibras, los elastanos o las membranas impermeables y transpirables. Por otro lado, encontramos los textiles inteligentes, también denominados tejidos funcionales, activos o interactivos. Al igual que los anteriores estos textiles llevan ya unos años de desarrollo, sin embargo, debido a los costes de producción su introducción, por ejemplo, en el mercado del ocio es más lenta, aunque por el contrario gozan de gran aceptación en otros sectores como el de la medicina o la moda.