Preside el Ateneu Terrassenc, una entidad joven (este año cumple su veinte aniversario) pero que en poco tiempo se alzó como un referente de actividad cultural. Médico y político de larga trayectoria (fue concejal y diputado), Josep Corominas dice que el éxito del Ateneu es el ser un espacio generador de cultura autogestionado.
¿Cuáles son las líneas de trabajo del Ateneu Terrassenc?
Promocionar actividades culturales. Fundamentalmente, la presentación de libros, conferencias y salidas. La filosofía de un Ateneu es que la cultura hace los pueblos libres. Aquí no se para. No solo generamos cultura sino que la entidad es también cobijo de muchos colectivos e iniciativas. Aquí tenemos la asociación de Poetes Terrassencs, Amics de l’Òpera i la Sarsuela, un club de lectura, talleres de escritura, de conversación en inglés y francés, exposiciones….
¿Cómo se compaginan tantos intereses?
De momento el espacio que tenemos en el Vapor Gran puede dar respuesta. Nos gusta esta amplitud de miras porque creemos que el Ateneu debe ser un elemento cultural dinamizador que aglutine diferentes sensibilidades. La singularidad es que todo funciona con voluntariado. Aquí nadie cobra y se paga muy poco. La cuota de socio es de seis euros al mes y los talleres son a un precio simbólico.
¿Su público es gente mayor?
No, hay de todo. Precisamente lo que queremos es diversidad cultural y de edades. Aquí viene gente joven. Nosotros no nacimos como una casal de personas mayores. No es la filosofía. Un Ateneu es una cosa distinta a pesar de que haya gente que nos asocie a un club de jubilados y sea difícil romper con este tabú, con esta etiqueta.
¿Qué le gusta de la programación?
Las tertulias y debates porque fomentan el contacto y la comunicación personal porque ahora, con el móvil, vamos faltos de ello.