La ciudad atesora un amplio y rico tejido de casales, entidades y asociaciones dedicadas a las personas mayores. El censo municipal reúne actualmente a unas veinte entidades, desde clubs de jubilados y pensionistas hasta asociaciones de personas de edad de un barrio concreto, pasando por los tradicionales casales de titularidad de la Generalitat y del Ayuntamiento con larga trayectoria y experiencia y entidades nacidas a título particular.
La red de equipamientos, que prácticamente da cobertura a todo el municipio, ofrece un amplio abanico de actividades. Hoy día, los clubs de jubilados y pensionistas ya no son solo un lugar de encuentro social para conversar sino también un lugar dinamizador que fomenta la actividad lúdica pero también la saludable y la formativa y cultural e, incluso, la reinvindicativa.
Casales, club y entidades mueven a lo largo del año miles de personas que participen de múltiples propuestas, que abarcan desde cursos de idiomas e informática hasta la práctica de gimnasia e ioga y los conciertos de música y obras de teatro. Y algunas de estas entidades intentan abrirse a colectivos jóvenes, convencidos de que la diversidad, también en la edad, enriquece a unos y a otros.
El Ayuntamiento es, en buena parte, uno de los canalizadores de las inquietudes del colectivo séniro en la medida que preside el consejo municipal de las personas mayores que el mismo impulsó. La concejal de esta área, Rosa Maria Ribera, constata que el buen número de entidades denota que este segmento de población goza de mucha vitalidad pero que al mismo tiempo ya no se conforma con una oferta de actividades que podríamos denominar clásicas ; léase aquí la celebración de las tradiciones, juegos de mesa, las manualidades, el baile y las excursiones.
En transformación
Ribera explica que "es un sector que está cambiando porque cada vez es más diverso y expresa inquietudes diferentes. Ello se percibe en el consejo municipal de las personas mayores donde observamos formas de pensar y de sentir distintas". La concejal argumenta que uno de los motivos principales es que el colectivo de séniors es cada vez mayor porque la esperanza de vida también es más larga. "Ahora ya no se puede hablar de un club de jubilados como lo hacíamos años atrás porque en estos equipamientos pueden confluir personas desde 60-65 años, incluso más jóvenes, hasta los 90 años por lo que las sensibilidades son distintas y hay que dar respuestas más amplias".
Pero en el sí del consejo municipal de las personas mayores también ha surgido el debate entorno a sí estas entidades deberían abrise a colectivos más jóvenes. La concejal considera que es una idea "interesante" pero que plantea pros y contras. "Estas entidades se están rejuveneciendo porque cada vez más ofrecen más actividades que atraen a más usuarios de mediana edad. Yo defiendo la interrelación entre jóvenes y mayores pero también soy consciente de que la convivencia en un mismo espacio puede generar reticencias. La persona mayor busca tranquilidad mientras que el joven es movido y esto es difñícil de compaginar".
En este escenario, la concejal indica que hay fórmulas para crear este contacto entre generaciones. Y, en este sentido, cita algunas propuestas que podrían ser un buena herramienta como crear un club de lectura o un grupo de teatro. "Me decanto más por actividades a compartir que por espacios a compartir porque la convivencia entre edades y generaciones es difícil".