Cada dos años, el Concurs de Castells se convierte, tal como reza su eslogan, en el “el espectáculo casteller más grande del mundo”, con un centenar de colles actuando conjuntamente, y compitiendo, bajo una normativa común. Por este carácter competitivo, y otros elementos, no todas las collas están abiertas a participar. Sí lo hacen Castellers de Terrassa, que hoy alzarán en el Tarraco Arena Plaça de Tarragona, en un evento cuyas entradas se agotaron nada más ponerse a la venta.
Aún pendiente del ensayo de la noche, la colla blauturquesa, no obstante, tenía el viernes bastante definidos los castells: el nou de set y el quatre de vuit, que este año ya ha descargado en varias ocasiones, y el dos de vuit amb folre. “La torre de vuit la queríamos hacer en la Diada de l’Avi Emili, pero se nos quedó en el tintero. Desde entonces la hemos ido puliendo en los ensayos, y hay muchas posibilidades de que vaya a plaza”, señala Carles Bistué, presidente de Castellers. Es un reto anhelado, ya que llevan nada menos que veinte años sin descargarla, y cuatro sin cargarla (la última vez fue precisamente en el Concurs de Colles, en 2012).
Los blauturquesa no otorgan excesiva importancia al carácter competitivo del evento. “Para nosotros, el Concurs es una manera de representar a la ciudad, y una actuación de máximos como cualquier otra, muy importante, pero como pueda ser la de nuestra diada. Y como en ella, no vamos a probar castells que no tengamos. Ni decidimos si hacemos uno o otro para ver si podemos subir o bajar una posición.” Bistué incluso reconoce desconocer la puntuación que podría suponer la torre de dos, “que depende de lo que hagan las otras colles”.
Castellers de Terrassa han participado en todas las ediciones del Concurs celebradas en los últimos quince años, “salvo en una, en que no nos clasificamos”. Y siempre desplazando mucha gente . Mañana fletan cinco autores, y reunirán unas 350 personas. “El Concurs motiva mucho a la gente de la colla, que trae amigos y conocidos.”
Minyons no compiten
Minyons nunca han participado en el Concurs. “No creemos en los concursos. Para nosotros, los castells no son competición, sino cultura,y no pueden tener puntuación”, señala su portavoz, Maria Sánchez. “Es algo que siempre se ha decidido con toda la colla, democráticamente.” Indudablemente, el Concurs podría suponer una buena promoción de la colla, “si la consideráramos como una empresa; pero no es tal, sino una entidad social. No competimos”.
