El comercio ha superado lo peor de la crisis y registra una recuperación mantenida por segundo año consecutivo. Así lo refleja la Enquesta Sobre la Salut del Comerç que ha llevado a cabo Escodi sobre una muestra de 1.600 tiendas y más de 3 mil trabajadores.
El informe concluye que uno de cada tres establecimientos comerciales goza de buena salud después de registrar un incremento de ventas y de beneficios durante el primer semestre de 2016 y también en el periodo de rebajas.
El colectivo más numeroso de los establecimientos comerciales -un 40%- no aprecia esa alegría en las compras, pero sí reconoce que el nivel de ventas y beneficios se mantiene respecto al año pasado, lo que implica una consolidación de la recuperación del consumo. El colectivo restante, un 30%, ven caer las ventas los beneficios y los márgenes comerciales, aunque algunos de ellos admiten que el clima ha mejorado durante la temporada de rebajas y la demanda ha aumentado.
Los datos cobran relevancia en contraste con ejercicios anteriores. El estudio de Escodi evalúa factores estadísticos y cuantificables como las compras, pero también el estado de ánimo de los comerciantes y los clientes.
En la encuesta de 2014 los indicadores evidenciaban “que el sector había tocado fondo y ya se intuía una ligera recuperación”. Las
encuestas de 2015 y 2016 confirman la mejora y la estabilidad de los indicadores.
El aumento de las ventas viene acompañado de la creación de nuevos establecimientos. Por segundo año consecutivo, se han abierto más comercios que se han cerrado.
El consumo empieza a recuperar el pulso y esa realidad se ve reflejada de manera dispar en la política de precios y en los márgenes comerciales. Las ventas aumentan aún tímidamente, pero los comerciantes no ven repercusión en el incremento de sus beneficios.
La dificultad de la recuperación de los beneficios es palpable. Sólo un 25 % de los comerciantes ha visto como mejoraban sus ganancias, mientras un 65% aseguran que han mantenido resultados respecto a ediciones anteriores.
La política, el brexit
Escodi también ha preguntado a los comerciantes catalanes sobre el estado de ánimo de sus clientes, sobre el clima que se respira en los puestos de venta. El CIS revelaba recientemente que en 2015 la confianza del consumidor había registrado su máximo histórico después de la crisis, para volver a desplomarse a principios de 2016.
Las tiendas perciben esa menor predisposición de sus clientes a salir de compras. Algunos propietarios, gerentes, encargados y mandos intermedios apuntan al impacto psicológico que la inestabilidad política tiene entre los compradores. Inquietos por un Gobierno central que suma ocho meses de interinidad y unas elecciones, las del 25J, que vuelven a dejar el panorama político en el aire.
La encuesta se hizo en junio y el impacto del resultado del referéndum del Brexit también lo apreciaron como un elemento desincentivador del consumo, un factor más de freno en la decisión final de compra.
Más allá de la coyuntura política, las tiendas y el sector de la restauración han tomado conciencia del cambio de hábitos de consumo tras la crisis, una realidad a la que deben adaptar sus políticas de márketing. El factor precio pesa en la decisión de compra más que nunca y la cultura del “low cost” imprenga la actitud de muchos consumidores.