Iñaki Aguilar disputará en Río de Janeiro sus terceros Juegos Olímpicos. No ha pisado nunca el podio de la máxima competición del universo deportivo, pero entra a formar parte de un grupo selectivo de deportistas con una experiencia olímpica más que notable. Ambicioso pero con los pies en el suelo, uno de los porteros de la selección española de waterpolo admite que sueña con una medalla aunque su filosofía de vida le invita a disfrutar de cada momento.
Terceros Juegos Olímpicos en su trayectoria. Eso son ya palabras mayores.
Es cierto. Cuando dejo el coche delante del Camp Olímpic me fijo en las placas con los deportistas olímpicos de Terrassa. Y ves que no hay muchos con tres participaciones. Pero tampoco me fijo demasiado en este detalle. Los afronto como si fuesen los primeros, donde lo primordial es ir día a día. Cada presencia es especial y el hecho de haber estado en dos significa una experiencia importante.
El período previo a la lista definitiva debe ser el más difícil de afrontar. Por las dudas que genera en relación a la presencia de un deportista.
Estamos hablando de ir a unos Juegos, no a un torneo de verano. Es muy difícil ir, tanto en clave personal y colectiva. Y durante el año piensas en el tema, acaba siendo un motor para uno mismo en los partidos y en los entrenamientos. Sabes que debes rendir al máximo en tu equipo para que te llame el seleccionador. Y en clave de equipo, el waterpolo español lleva mucho tiempo sin faltar a la cita y eso tiene un gran mérito.
¿Se pueden comparar los Juegos Olímpicos con cualquier otro campeonato?
Unos Juegos son muy especiales. Y yo tengo la fortuna de acudir, de haberlo hecho en el pasado y de volver de nuevo. Por tanto, debo aprovechar la oportunidad que significa. Se trata de una cita muy mediática, de una gran repercusión. Aunque lo importante es sentirte realizado con lo que haces.
El camino a través del Preolímpico no resultó sencillo. O igual es que estábamos todos muy bien acostumbrados a no sufrir tanto.
Tenemos poca memoria. En 2012 también pasamos por el Preolímpico y tuvimos un partido decisivo en el que nos lo jugábamos todo. Y en 2008 nos clasificamos en una tanda de penaltis. Antes es verdad que existían menos complicaciones, pero quizás olvidamos esas dificultades. Y es bueno recordarlas para las generaciones posteriores. No es fácil clasificarte.
¿Con qué aspiraciones parte España?
El período de preparación ha sido duro, pero ahora mismo el cansancio ya no existe. Nos han tocado rivales difíciles en la primera fase, algunos de los cuales conocemos poco. Pero cada partido será una prueba increíble.
Esta selección está siguiendo una línea ascendente en su rendimiento.
Entiendo que este es el camino que hubiésemos firmado antes de empezar este ciclo. La línea está siendo buena.
En este país hay un nivel de exigencia olímpica elevado que hace que a determinadas selecciones se le pidan medallas. Ustedes entre ellas.
Ya va bien que seamos un país exigente. Eso indica que el nivel es es alto. Y aunque uno oiga hablar de medallas debe centrarse en realizar su trabajo del mejor modo posible. Lo de las medallas es un discurso de los medios de comunicación.
¿Esa presión es distinta a la de cualquier otro campeonato?
Por descontado, porque aquí todo se magnifica. Aquí están los mejores del mundo de todos los deportes. Y todo el mundo te mira. Hay gente que nunca ha visto un partido de waterpolo y que piensa que ganar es muy sencillo. Pero es una de las peculariadades de los Juegos.
¿Sueña con una medalla?
Claro que sueñas, todo el mundo lo hace. Pero en los entrenamientos y en los partidos debes centrarte en la realidad, no en los sueños. Uno quiere sentirse realizado con lo que hace, por encima de las medallas, Pero soñar no cuesta nada.
¿Qué debe controlar el deportista en unos Juegos Olímpicos?
Es clave saber en cada momento dónde estás y qué toca hacer. Es un campeonato distinto. Por ejemplo, no estás en un hotel donde la rutina siempre es la misma. Hay una ceremonia de inauguración, igual subes al ascensor y te encuentras a Pau Gasol, hay muchas cosas que te pueden distraer y es clave estar atento a todo lo que pasa, a lo que toca en cada momento. No puedes estar entrenando y pensar en la inauguración. O jugando y pensar en quien te vas a encontrar.