La sala de exposiciones de Amics de les Arts ya es la "sala Salvador Alavedra" y la de actos, la "sala Joaquim Cardellach". Así lo indican sendas placas desde el sábado, en que fueron inauguradas en un emotivo y vibrante acto de recuerdo y homenaje a estos dos antiguos presidentes de la entidad, y añorados activistas de la cultura. Joaquim Cardellach (Terrassa, 1947-2002), estuvo al frente de la misma entre 1986 y 1991, y Salvador Alavedra (Terrassa. 1919-2015), entre 1970 y 1972.
Pese a coincidir con Festa Major, la sala Joaquim Cardellach se llenó en un acto que arrancaría con un cuarteto de jazz -con Josep Maria Farràs y Adrià Font-. El artista Albert Novellón ejerció de maestro de ceremonias, intercalando poemas y comentarios entre las intervenciones. El Grup de Teatre interpretó un fragmento de "L’inspector" de Nikolai Gógol, que en 1964 estrenó con participación de Cardellach, y el Cor Montserrat una de sus canciones favoritas. Jordi F. Fernández, de la vocalía literaria, leyó el poema "Finestreta del món", de Iu Pons (Barcelona, 1902-Terrassa, 1959), editado clandestinamente en 1942, por la entidad barcelonesa Amics de la Poesia. ¿Por qué Iu Pons? Pues porque a este escritor con plaza y monolito en el barrio de Can Roca, Salvador Alavedra le pagó, durante todo un año, en 1954, un sueldo para que escribiera "Poema de Sant Llorenç del Munt". Es un libro mítico de la literatura terrassense, que por su extensión (4.505 versos)quedó inédito en su momento , y que la Fundació Torre del Palau publicó en el año 2011.
Generosidad y entusiasmo
La glosa de Alavedra y Cardellach estuvo a cargo de otra ex presidenta, Adela Farré. Del primero, recordó que fue presidente solo dos años, pero en los cuales "pasaron cosas importantes.. En 1971 se inauguró la Jazz Cava de la calle de Sant Quirze, "un proyecto que Salvador Alavedra había ayudado a hacer posible, no solo como presidente, sino también como mecenas". Porque Alavedra pagaba de su bolsillo, desinteresamente, discretamente, proyectos culturales, y también a artistas, porque "vivía el amor a la cultura como un deber cívico". Fue mecenas de la "Biennal d’art", "para salvar la edición de 1965, que en el último momento, cuando ya estaba convocada, se quedó sin el apoyo económico del Ayunamiento", de la restauración de la cúpula de la sala de actos, y en 1971 cedió un piso para que vivieron Agustí Bartra y Anna Murià.
Alavedra se hizo socio de Amics con 16 años, en 1935, y su relación con la entidad "daría para horas de parlamentos". También a esa edad Joaquim Cardellach comenzó a moverse por Amics, y estuvo en la génesis de su grupo teatral, en 1963.En 1967 se incorporó al Cor Montserrat y se implicó en la organización de concierto "tanto de música clásica como de canción de protest ay folk, en favor de comités de solidaridad con presos políticos. Asume la música como una forma de militancia, porque entiende que hacer cultural es una manera de construir el país, y su país es también su pasión". "Consideraba la cultura como este elemento fundamental y válido para cohesionar y mejorar nuestra sociedad", dijo de él, años después, Ignasi Utset.
"Humilitad, sencillez, sensibilidad, entusiasmo, diálogo, trabajo y una gran sonrisa", eran los rasgos característicos de Cardellach. Con Alavedra compartía otros cuatro valores: "diálogo, compromiso, laboriosidad y modestia".
El acto acabó con las intervenciones de Jordi Chueca, presidente de Amics, y la primera teniente de alcalde Rosa Maria Ribera, y el canto, por parte de todos los asistentes, de "La poma", himno oficioso de la Penya dels Ximples.